
El Futuro de Venezuela
Maradona visita cuartel que alberga restos de Chávez y pide voto para Maduro
El exfutbolista argentino Diego Maradona visitó ayer el cuartel de Caracas donde descansan los restos del presidente Hugo Chávez y llamó a votar este domingo por el candidato oficialista, Nicolás Maduro.
Acompañado por Maduro, Maradona rindió honores a Chávez y asistió al cañonazo de salva que se dispara diariamente en el lugar a las 16.25 hora local, la hora a la que murió el mandatario el pasado 5 de marzo.
"Lo que me dejó Hugo fue una gran amistad, una sabiduría política increíble. Hugo Chávez ha cambiado la forma de pensar del latinoamericano, nosotros estábamos entregados a Estados Unidos y él nos metió en la cabeza que podíamos caminar solos", dijo al canal de televisión estatal.
Maradona sostuvo que la muerte de Chávez significó para él "una pérdida enorme"y pidió disculpas por no haber podido asistir a sus funerales.
Chávez y Maradona mantenían una relación cercana, al calor de su rechazo a Estados Unidos y a los que llamaron "políticas imperialistas".
De visita en Caracas para apoyar al candidato oficialista, Maradona afirmó que Maduro representa la mejor opción para suceder a Chávez.
"Con Maduro vamos a seguir en la misma línea de no dejarnos pisotear con nadie. La gente en las urnas el domingo tiene que reafirmar los conceptos de Chávez a través de Nicolás", señaló.
Maduro recordó que Maradona "quería mucho a Chávez y Chávez también lo quiso mucho a él". En el acto, realizado en el llamado Cuartel de la Montaña, en el oeste de Caracas, participaron también la hija menor de Chávez y su segunda exesposa, María Isabel Rodríguez.
El exfutbolista acompañó ayer a Maduro en su acto de cierre de campaña para las elecciones del 14 de abril, donde casi 19 millones de venezolanos están llamados a las urnas para elegir quién los gobernará en los próximos seis años.
Un santuario chavista para mitificar al líder
Desde que murió Hugo Chávez, la memoria del presidente está inmersa en un proceso de cuasi deificación encabezado por su sucesor político, Nicolás Maduro. Durante toda la campaña electoral, la retórica del candidato oficialista aumentó, comparando a Chávez con figuras religiosas. «Nos declaramos apóstoles de Hugo Chávez». Los seguidores del chavismo aceptan de buen grado las bondades de su desaparecido líder, a quien siempre han tenido en el altar de la política. Ahora, ya desaparecido, lo tienen además para rezarle. De hecho, desde hace mucho tiempo en las tiendas que venden productos vinculados a la santería se podían comprar figuritas de Chávez, junto a las de Bolívar, María Lionza, el beato Dr. José Gregorio Hernández y otros «santos» del culto sincrético venezolano. Y es que la mitificación de Chávez está en marcha. Uno de los últimos ejemplos es el vídeo divulgado por Vive TV, perteneciente al Estado, que muestra a Chávez llegando al paraíso, donde es recibido por Bolívar, Guaicaipuro, el guerrillero Ernesto Che Guevara o el fallecido presidente chileno Salvador Allende. LA RAZÓN visitó la humilde capilla, cuyo nombre es «Santo Hugo Chávez», ubicada en el barrio 23 de Enero de Caracas. La casita es pequeña, de madera y azul. Dentro, está repleta de flores, velas, figuras religiosas y otros obsequios dejados cada día por cientos de venezolanos que se acercan a rendir homenaje al fallecido líder bolivariano. «Arriba, en el Cuartel de La Montaña, donde se encuentra nuestro comandante supremo, no se le puede llevar flores, ni velas. Entonces se tomó la iniciativa de hacer esto para que el pueblo pudiera venir a dejar las flores o las velas», nos cuenta una de las impulsoras de la capilla, Elizabeth Torres. Subiendo una cuesta llegamos hasta el cuartel. En la fila que aguarda para ver unos segundos la tumba hay venezolanos venidos de ciudades lejanas como Maracaibo, Puerto La Cruz o Cumaná, pero también chinos, colombianos o españoles. «Nosotros vivimos y trabajamos en Caracas gracias a Chávez», afirma una pareja china. La entrada al mausoleo donde yace Chávez es custodiada por cuatro soldados vestidos con uniforme antiguo de la guerra de la independencia. El recorrido nos lleva dentro del edificio, donde en medio de una piscina de mármol yace el cuerpo de Chávez, que no está visible. Desde ahí pasamos a un salón contiguo donde explican y cuentan la vida del comandante; parece un «tour» turístico bien preparado. El coronel pregunta y los turistas contestan y exclaman en voz alta: «Patria o muerte». Todo el recorrido dura 20 minutos, y al salir te entregan un mapa de Caracas y de sus lugares turísticos. Esta Semana Santa, las estampitas de Chávez competían a las puertas de las principales iglesias de Caracas en la preferencia de la clientela-feligresía con las tradicionales figuras de vírgenes típicas de la fechas. Pero en una sociedad tan dividida como la venezolana, lógicamente no todos creen que Chávez haya sido un santo y consideran que la beatificación es una burla de la fe católica, que profesa la mayoría de los ciudadanos. El arzobispo de Caracas, el cardenal Jorge Urosa, pidió no seguir comparando a Cristo con gobernantes o personas de este mundo, porque asegura a LA RAZÓN, «se trata del mismo Dios hecho hombre y no es equiparable a ningún líder».
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