Brexit

May se reúne con Juncker para tratar de reactivar el Brexit

Londres insiste en negociar al mismo tiempo el divorcio y su futura relación con la UE.

La «premier» May y el presidente de la Comisión, Juncker, ayer en Bruselas
La «premier» May y el presidente de la Comisión, Juncker, ayer en Bruselaslarazon

Londres insiste en negociar al mismo tiempo el divorcio y su futura relación con la UE.

Theresa May se ha sumido en un «sprint» de contactos en los prolegómenos de la cumbre que se celebra este jueves y viernes en Bruselas. El objetivo parece más que evidente: intentar desbloquear las negociaciones del Brexit y que su visita a la capital comunitaria no acabe perjudicando aún más a su maltrecho liderazgo. Como modo de templar ánimos, May mantuvo ayer una cena informal en la capital comunitaria con el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean Claude Juncker, con la presencia de los jefes negociadores de cada delegación: David Davis y Michel Barnier.

Horas antes, May se había puesto en contacto telefónico con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con el primer ministro irlandés, Leo Varakdar. Al cierre de esta edición, en un escueto comunicado conjunto, las dos delegaciones se comprometieron a «intensificar los esfuerzos» en los próximos meses y aseguraron que la cena transcurrió en un ambiente «constructivo y amistoso».

Londres sigue pidiendo a la UE una mayor flexibilidad que permita comenzar las negociaciones entre Bruselas y Reino Unido sobre el futuro estatus y el acuerdo de transición de forma paralela a los detalles del divorcio. Hasta ahora, sus pretensiones han caído saco roto. Y nada indica que algo vaya a cambiar. Tras el fin de la quinta ronda negociadora en Bruselas, el pesimismo y el riesgo de un no acuerdo tras el 29 de marzo de 2019 se han incrementado. Las posibilidades incluso de que los tres temas bajo discusión –factura, derechos de los ciudadanos y frontera del Ulster– se hayan resuelto en el mes de diciembre parecen remotas.

De momento, los Veintisiete parecen dispuestos a comenzar a negociar (entre ellos, sin presencia británica) las «líneas rojas» de cara al futuro acuerdo y la fase intermedia tras la ruptura. Un signo que puede tener una parte alentadora para Londres, ya que indica que si los Veintisiete tendrán las cosas claras cuando llegue el momento de la verdad, pero que también supone un portazo a las pretensiones británicas de conseguir un cambio de posición de cara a la cumbre. El jueves, Londres amagó con sortear al propio Barnier e intentar negociar directamente con las capitales europeas en un intento de deslegitimar a su adversario. Con la cena de ayer, con presencia de los dos equipos, se intenta volver a un clima de confianza. En el comunicado, se recalca que las dos partes se comprometen a respetar el formato acordado. Londres recula y seguirá teniendo como interlocutor a Banier. «Discutiremos y ustedes verán la autopsia», aseguró en tono lúgubre Juncker antes de que comenzase la cena.