Buenos Aires
Nisman, enterrado como el último mártir del atentado contra la mutua judía AMIA
El fiscal argentino Alberto Nisman, que denunció a la presidenta Cristina Fernández por presunto encubrimiento de supuestos terroristas, fue enterrado hoy en un cementerio judío como un mártir más del atentado contra la mutua judía AMIA, que investigó hasta su muerte.
Nisman recibió sepultura en el cementerio de La Tablada, a las afueras de Buenos Aires, junto a las tumbas de las 85 víctimas del atentado de la AMIA, en una ceremonia íntima a la que acudieron familiares, amigos y representantes de la comunidad judía.
"Somos muchos los argentinos que vamos a recordar a Alberto con afecto por sus virtudes, por su coraje, por su apasionamiento, por su atrevimiento y por su valentía", dijo en la ceremonia el vicepresidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Waldo Wolff.
Nisman murió el pasado día 18 de un tiro en la cabeza en su domicilio, en circunstancias aún sin aclarar y horas antes de acudir al Congreso para explicar su denuncia contra Fernández por el presunto encubrimiento de los iraníes sospechosos de haber llevado a cabo el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994.
"Somos muchos los argentinos que vamos a recoger las banderas de su legado y que vamos a mantener en alto los aportes que él nos deja para que no se salgan con la suya los que promueven con el miedo y la maldad el silencio de los buenos", agregó Wolff.
Para el dirigente de la DAIA, la muerte de Nisman, "junto con su macabra trama, no vino a hacer otra cosa que levantar los escombros de la sede de la AMIA para que muchos podamos ver los oscuros laberintos del poder".
"Con Nisman se va un pedazo de la República", apuntó la diputada opositora Patricia Bullrich, una de las pocas figuras políticas presentes en el entierro.
Entre aplausos, banderas argentinas y gritos de "Justicia", "Argentina"y "Nisman, presente", decenas de personas recibieron el cortejo fúnebre a su llegada al cementerio de La Tablada, en medio de una fuerte presencia policial.
Escenas similares se vivieron a las puertas de la funeraria de Buenos Aires, donde fue velado durante toda la noche por la familia, que hoy expresó su dolor en esquelas publicadas en la prensa.
"Papá, nosotras, tus hijas Iara y Kala, sólo necesitábamos de vos, tu presencia y compartir buenos momentos".
"Hoy te despedimos, sabiendo de tu dedicación al trabajo. Esperamos que ahora puedas estar en paz. Nosotras guardamos en nuestro corazón los lindos momentos vividos juntos", decía la nota de sus hijas.
En otro obituario, su exmujer, la jueza Sandra Arroyo Salgado, indicaba que ha recibido su muerte "con desconcierto y profundo dolor"por las hijas de la pareja y deseó que Nisman encuentre la paz que su entrega al trabajo no le permitió disfrutar plenamente.
La autopsia determinó que la pistola de calibre 22 encontrada junto al cadáver de Nisman fue disparada "a menos de un centímetro"de su cabeza y descartó la intervención de terceros.
Sin embargo, las pruebas no son concluyentes, la causa sigue calificada como "muerte dudosa"y más de la mitad de la población argentina se muestra convencida de que Nisman fue asesinado, según varias encuestas.
"Estamos aquí en defensa del fiscal Nisman y contra su asesinato injusto", dijo la argentina Lilia Mitre frente al cementerio, donde también se escucharon gritos de "asesina, asesina"dirigidos contra la presidenta argentina, Cristina Fernández.
"Hoy es un día para llorar a Nisman. Argentina ha llorado por el fiscal, por la situación patética que vivimos, por la falta de sinceridad y por la confusión permanente", dijo, emocionado, otro ciudadano, Alejandro Bulacio.
La noticia de la muerte de Nisman ha generado el mayor escándalo político de la Presidencia de Cristina Fernández, que se encuentra en la recta final de su segundo y último mandato.
Fernández tardó una semana en comparecer en público ante una sociedad conmocionada, que teme que esta muerte quede impune y que la investigación por el atentado de la AMIA vuelva a punto muerto.
"Detonó nuevamente la bomba y tenemos la víctima 86 del atentado", dijo a la Agencia Judía de Noticias Sofía Guterman, quien perdió en el atentado de 1994 a su hija Andrea.
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