Nueve muertos en las protestas contra el Gobierno en Irak

Los manifestantes reclaman trabajo y mejores servicios públicos

Al menos siete personas han muerto y decenas han resultado heridas en los enfrentamientos de este miércoles, cuando las fuerzas de seguridad iraquíes dispararon munición real y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, por segundo día consecutivo. Las manifestaciones antigubernamentales exigían empleos, mejores servicios y el fin de la corrupción.

Con estas muertes, el número total de manifestantes asesinados es de nueve. Porque las protestas de ayer dejaron dos muertos más, uno en Bagdad, y otro en la ciudad de Nasiriyah, así como más de 200 personas heridas.

Las protestas, organizadas a través de las redes sociales, comenzaron ayer en la Plaza Tahrir, pidiendo el fin de la corrupción, la mejora de los servicios básicos y más empleos. En un principio fueron pacíficas, pero pronto se volvieron violentas. Y las fuerzas de seguridad contraatacaron con cañones de agua, gases lacrimógenos y munición real.

Los enfrentamientos de este miércoles ocurrieron a pesar de la masiva red de seguridad que había montado el Gobierno: En un esfuerzo por sofocar las protestas, se desplegaron cientos de agentes armados y policías antidisturbios en las calles de Bagdad, bloqueando todas las intersecciones que conducen a la plaza central de la ciudad, para evitar una repetición de las protestas del martes.

Los manifestantes dijeron a media tarde que las autoridades habían cerrado las plataformas de redes sociales como Facebook, Twitter y WhatsApp.

Varios grupos siguieron tomando las calles, algunos de ellos pidieron derrocar al Gobierno. Un espeso humo negro se cernía sobre la ciudad, mientras los manifestantes incendiaban neumáticos y contenedores de basura. Se escucharon ráfagas de disparos.

Los enfrentamientos se extendieron a al menos otras siete provincias del país. Unos 3.000 manifestantes salieron a las calles de la ciudad sureña de Basora el miércoles por la noche. También se informaron de protestas y enfrentamientos en Najaf, Nasiriyah, Waset, Diwaniyah y en otros lugares.

La violencia que ha inundado las calles de Iraq, ha sido una de las peores que se recuerdan entre manifestantes y fuerzas de seguridad, lo que indica que el país podría estar al borde de una nueva ronda de inestabilidad política.

Durante los últimos años, Iraq se ha visto atrapado en el medio de las tensiones entre Estados Unidos e Irán, lo que ejerce una presión adicional sobre el débil Gobierno de Bagdad, que alberga a miles de tropas estadounidenses y poderosas paramilitares que simpatizan con el régimen de Irán.

La Embajada de EE UU en Bagdad pidió la moderación de las dos partes: “El derecho a manifestarse pacíficamente es un derecho fundamental en todas las democracias, pero no hay lugar para la violencia en manifestaciones”, publicó la cuenta de la embajada en Twitter.