Extrema derecha

Operación Juppé

Dirigentes del centroderecha francés lanzan una campaña para que el alcalde de Burdeos releve a Fillon y evite una catástrofe electoral.

François Fillon (izq.) y su gran rival en Los Republicanos, Alain Juppé, en uno de los debates de primarias
François Fillon (izq.) y su gran rival en Los Republicanos, Alain Juppé, en uno de los debates de primariaslarazon

Dirigentes del centroderecha francés lanzan una campaña para que el alcalde de Burdeos releve a Fillon y evite una catástrofe electoral.

¿Y si Alain Juppé lograra su acariciado sueño de convertirse en presidente de la República francesa ? Cada vez son más los militantes y simpatizantes de Los Republicanos que piden abiertamente su presencia para encabezar la campaña de las presidenciales en representación de la derecha y el centro. Juppé, que había negado en un primer momento ser el plan B para sustituir a Fillon –inmerso en un escándalo de nepotismo al contratar a su mujer como su asistenta parlamentaria– cuando se agravaron sus problemas con la Justicia, parece que «no esquivará sus responsabilidades» como recurso, según indicaba ayer su entorno a France Presse.

Lo que vive estos días la derecha es una auténtica batalla campal entre los que desean que François Fillon siga siendo el candidato de Los Republicanos, y los que han preferido abandonarlo e incluso piden abiertamente que se desista. Ayer, tanto el director y el portavoz de campaña de Fillon, Patrick Stefanini y Thierry Solère respectivamente, anunciaron su dimisión. Y volvieron a oírse numerosas voces reclamando la retirada del candidato. Entre ellas la del presidente de la Región Este, Phlippe Richert, que explicaba en un comunicado que es algo necesario para poder hablar con tranquilidad del contenido del programa de la derecha.

La Unión de Demócratas e Independientes (UDI), después de suspender su apoyo a Fillon, decidió ayer retirárselo definitivamente y pedir «solemnemente» a Los Republicanos que cambien de candidato. Su líder, Jean-Christophe Lagarde, afirma en una entrevista en «Ouest-France» que todo el mundo sabe que «a su pesar, François Fillon se ha convertido en un peligro para la alternancia y, por ello, para Francia». Para Lagarde, Juppé «tendría toda la legitimidad si acepta ese papel», pero considera que la familia política del centroderecha está llena de talentos.

Ante el silencio de Nicolas Sarkozy, Juppé ya ha puesto dos condiciones antes de aceptar: una, que Fillon retire su candidatura, y dos, que el partido le apoye de forma unánime. Ello sin contar con que este plan B presenta un problema y es que el programa que defendió Alain Juppé en las primarias de Los Republicanos es un programa rechazado por una gran mayoría del electorado conservador.

Fillon sigue creyendo en sus posibilidades, y pide a los suyos que «resistan». En un vídeo publicado en su página Facebook, el candidato de Los Republicanos recuerda que dentro de siete semanas tienen que decidir «entre diversas concepciones de Francia y de su futuro», entre el programa de recuperación de soberanía nacional, conquista del pleno empleo, reducción de la deuda y salvar Europa que él presenta o «la izquierda y las 32 horas laborales; la extrema derecha y su vuelta al franco; y la alianza Macron/Bayrou». Fillon les da cita para mañana a las tres de la tarde en la Plaza de Trocadero en París: «Espero a muchos», concluye Fillon, «para mostrar a los ojos de todos lo que es la voluntad popular de los militantes de Francia».

Hasta los sondeos parecen animar al actual alcalde de Burdeos, que encabezaría la primera vuelta de las presidenciales en abril si sustituye a Fillon. Una encuesta del instituto demoscópico Odoxa precisa que Juppé se colocaría en el primer puesto con el 26,5% en intención de voto, frente al 25% del socioliberal Emmanuel Macron y al 24 % de la ultraderechista Marine Le Pen. El sondeo fue realizado el miércoles y jueves, después de que Fillon anunciara que ha sido convocado por los jueces el 15 de marzo.