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La tregua siria entra en vigor en un clima de desconfianza

El régimen de Asad y los rebeldes acatan un alto el fuego de dos semanas que estará supervisado por Estados Unidos y Rusia

Miembros de las Fuerzas de Siria Democrática inspeccionan una prisión con las banderas del Estado Islámico en sus muros, en la ciudad de Al-Shadadi, provincia de Hasaka
Miembros de las Fuerzas de Siria Democrática inspeccionan una prisión con las banderas del Estado Islámico en sus muros, en la ciudad de Al-Shadadi, provincia de Hasakalarazon

El régimen de Asad y los rebeldes acatan un alto el fuego de dos semanas que estará supervisado por Estados Unidos y Rusia

El alto el fuego aceptado por el Gobierno de Damasco y la principal alianza opositora siria entró anoche en vigor, tal y como estipula el acuerdo para el cese de las hostilidades pactado por Estados Unidos y Rusia. La televisión oficial siria anunció anoche en una breve nota el comienzo del «cese de las operaciones de combate» en el país árabe. Los grupos terroristas Estado Islámico y el Frente al Nusra están excluidos del cese de hostilidades.

Horas antes de que entrara en vigor el alto el fuego, al menos diez ataques aéreos y bombardeos de artillería se registraron en la localidad de Duma, en Ghouta Oriental, controlada por las fuerzas rebeldes y situada cerca de Damasco. Esta región sufre ataques con regularidad por parte del Ejército sirio y de fuerzas aliadas con el régimen. Es un bastión del grupo rebelde Jaish al Islam, que está representado en la principal alianza opositora siria, el Alto Comité para las Negociaciones, y desde esta zona se lanzan cohetes y morteros contra Damasco.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó también de ataques de artillería del régimen y aéreos en la noche del jueves en la provincia de Hama, así como de bombardeos de las fuerzas gubernamentales en la región de Homs. Este organismo añadió además que al menos ocho miembros de una misma familia, entre ellos tres menores, fallecieron el jueves por la noche por supuestos ataques de aviones rusos contra el pueblo de Qabtan al Yabal, en la provincia norteña de Alepo. También se detectaron combates en la provincia de Latakia, en el noroeste del país, donde el Ejército sirio intenta recuperar terreno cerca de la frontera con Turquía.

Pese a que el Gobierno de Damasco ha dicho que acepta el cese de hostilidades, el Ejército de Asad no ha querido dejar ni una sola bala en el cargador hasta que comience la tregua.

Por su parte, la principal alianza opositora, que ha manifestado serias reservas ante la propuesta, estaría dispuesta a cumplir con las dos semanas de alto el fuego «para comprobar las verdaderas intenciones del régimen y de sus aliados, Rusia e Irán». Sin embargo, los rebeldes temen que el hecho de que tanto Damasco como sus aliados rusos vayan a seguir atacando las posiciones de Estados Islámico y el Frente al Nusra, puedan acabar atacando también sus posiciones, argumentando que se trata de yihadistas. Cuesta creer que Asad esté dispuesto a frenar ahora su imparable avance sobre el terreno.

Los aliados regionales de la oposición tampoco confían en la voluntad del régimen de hacer cumplir la tregua. Alrededor de 30 militares de la Fuerza Aérea de Arabia Saudí y un cargamento con equipamiento militar llegaron ayer a bordo de dos aviones C-130 a la base aérea de Incirlik, ubicada al sur de Turquía, para preparar una campaña aérea conjunta con Estados Unidos en Siria.Tanto Turquía como Arabia Saudí, Baréin y Emiratos Árabes Unidos (EAU) ya han expresado su disposición para enviar tropas a Siria y luchar contra el terrorismo. Desde Ankara están preocupados por el avance de las milicias kurdas, que se encuentran a tan sólo 20 kilómetros de su frontera, por lo que Erdogan está decidido a no permitir que los kurdos puedan llegar a controlar los 800 kilómetros de frontera sirio-turca. De hecho, el presidente turco pidió que las YPG quedaran fuera del acuerdo de alto el fuego en Siria, que entra en vigor hoy, al considerarlas como parte de los grupos terroristas que quedan excluidos en la tregua. El pronunciamiento de Ankara podrían resultar una amenaza para el mantenimiento del cese temporal de hostilidades, así como entorpecer las futuras negociaciones de paz en Siria. Para Turquía, las YPG, su brazo político el Partido de la Unión Democrática (PYD) suponen una extensión de la guerrilla kurda PKK, considerada por Ankara organización terrorista.

A última hora de ayer, el Consejo de Seguridad de la ONU dio su respaldo al acuerdo para un cese de hostilidades en Siria, al tiempo que el mediador de la Naciones Unidas para este país, Staffan de Mistura, anunció su intención de convocar una nueva ronda de negociaciones el 7 de marzo.