Defensa

La OTAN firma contratos por 1.100 millones de euros para comprar proyectiles de artillería de 155 milímetros

El objetivo es reponer las reservas de los países aliados y seguir proporcionando munición a Ucrania

Undisclosed (Ukraine), 14/01/2024.- A Ukrainian serviceman from the 406th Artillery Brigade named after Khorunzhoy General Oleksii Almazov carries a 155mm shell to an M777 howitzer at an undisclosed location in the Zaporizhia region, southeastern Ukraine, 14 January 2024, amid Russia's invasion. Russian troops entered Ukraine territory on 24 February 2022, starting an armed conflict that has provoked destruction and a humanitarian crisis. (Rusia, Ucrania) EFE/EPA/KATERYNA KLOCHKO
Soldados ucranianos manejan piezas de artillería en ZaporiyiaKATERYNA KLOCHKOAgencia EFE

La OTAN ha firmado este martes nuevos contratos por valor de 1.200 millones de dólares ( unos 1.100 millones de euros) con el objetivo de adquirir proyectiles de artillería de 155 mm. La meta es doble: reponer las reservas de los países aliados para después proseguir con las entregas a Ucrania, en un momento especialmente delicado de la contienda.

“La guerra de Rusia en Ucrania se ha convertido en una batalla por la munición, así que es importante que los aliados rellenen sus reservas conforme continuamos apoyando a Ucrania” ha reconocido el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg tras rubricar los contratos con la directora general de al Agencia de Apoyo y Adquisición de la Alianza, Stacy Commings.

La realidad es que nadie estaba preparado para una guerra de esta intensidad que está poniendo bajo presión, desde hace meses, tanto a los arsenales europeos como a los estadounidenses, aunque por razones de seguridad nacional se desconozcan las cifras concretas. A pesar del poderío militar estadounidense, Washington se había involucrado en los últimos años en operaciones a objetivos muy concretos relacionados con el terrorismo internacional y con medios sofisticados. En esta guerra de Ucrania, si bien se están utilizando drones, satélites y elementos propios de las guerras del siglo XXI, estos avances tecnológicos están acompañados de los elementos de guerras clásicas de resistencia y trincheras. Esta confluencia del siglo XXI y el XX en una sola contienda está suponiendo un gran reto para los aliados. A esto hay que unir que algunas de las modernas armas de la OTAN no eran compatibles con el material soviético del que disponía el ejército ucraniano. El tiempo apremia, después de que la ofensiva lanzada por Ucrania este verano se haya adentrado en punto muerto, tras la victorias que caracterizaron los primeros meses de guerra.

Según Cummings, los pedidos que se realicen ahora serán entregados en un plazo entre los 24 y los 36 meses, si bien la OTAN no ha querido desvelar qué porcentaje se destinará en un primer momento a rellenas los arsenales de los aliados y qué parte irá a parar directamente a auxiliar al ejército ucraniano.

En total, desde el pasado mes de julio, la nueva estructura de compras conjuntas de la OTAN ha firmado contratos por un total de 9.178 millones de euros. A esto debe unirse el suministro de armas que cada país realiza de manera bilateral.

La firma de estos contratos en este momento tiene también un fuerte contenido simbólico y no sólo por las malas noticias en el campo de batalla. Tras la victoria aplastante en los caucus de Iowa, la posibilidad de que Donald Trump vuelva a ocupar la Casa Blanca gana enteros. Esto abre la puerta a que los europeos tengan que sostener en solitario el apoyo a Ucrania, a pesar de que la actual administración de Joe Biden haya garantizado al presidente ucraniano Volodimir Zelenski que su ayuda continúa.

Zelenski acudió la semana pasada al Foro Económico de Davos para conseguir todos los apoyos posibles tanto en el flanco militar como en la ayuda necesaria para reconstruir el país y que éste no quede sumido en la bancarrota. “Debemos apoyar los ucranianos y también estoy bastante seguro de que los aliados de la OTAN seguirán brindándoles su apoyo, porque el apoyo a Ucrania no es caridad. El apoyo a Ucrania es una inversión en nuestra seguridad. Sólo tenemos que apoyar a Ucrania. En algún momento, Rusia comprenderá que está pagando un precio demasiado alto y se sentará a acordar una paz justa”, aseguró Stoltenberg la semana pasada en la ciudad suiza, tras reconocer que la ofensiva lanzada el año pasado por los ucranianos “no dio los resultados esperados” y ahora Rusia se está fortaleciendo en el campo de batalla mientras “compra drones a Irán, construye su propia fábrica de drones y adquiere municiones y misiles balísticos de Irán”.

Aparte de las iniciativas en el marco de la OTAN, los países europeos se comprometieron el pasado mes de marzo de 2023 a enviar un millón de proyectiles en los próximos 12 meses. El pasado mes de noviembre, la UE alertó de que esta cifra parecía muy difícil de alcanzar en los meses venideros. En el mes de noviembre, tan sólo se había cumplido el 30% de este objetivo.

La Comisión Europea ha estado presionando en los últimos meses a los Estados europeos para que incrementen los pedidos, ya que la industria europea necesita contratos a largo plazo, para poder planificar inversiones adicionales en la producción y tener la garantía de que este esfuerzo suplementario podrá amortizarse.

El máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, criticó también en el mes de noviembre que las empresas europeas estuvieran exportando el 40% de su producción, en vez de centrarse en reponer los arsenales europeos y enviar las armas a Ucrania.