Salud

La petición desesperada de un niño que necesita un riñón: "No puedo vivir más así"

Pablo es un niño británico que nació con una enfermedad crónica, agravada por el Covid, que ha hecho un llamamiento a la solidaridad porque ya no puede soportar más su situación.

La petición desesperada de un niño que necesita un riñón: "No puedo vivir más así"
La petición desesperada de un niño que necesita un riñón: "No puedo vivir más así"ACLT

La vida de Pablo no ha sido fácil. Nació en 2010 con una enfermedad renal crónica. Los médicos detectaron que algo no iba bien ya durante el embarazo. A los cuatro meses de gestación, los especialistas ya aventuraban que probablemente moriría antes del séptimo mes de gestación. Pero Pablo tenía ganas de vivir y su madre lo deseaba con todo el alma.

A pesar de los problemas, la pareja decidió seguir adelante con el embarazo y eligió darle a Pablo el derecho a poder seguir viviendo. Pero el proceso no fue fácil porque la gestante pasó todo el embarazo con mucho estrés y niveles de ansiedad muy altos. Temía que su hijo se detuviera mientras ella dormía, por lo que pasaba la mayoría de las noches en vela.

Pero el embarazo llegó a su fin y Pablo nació, tal y cómo el se describe, "como un bebé gordito feliz con un peso saludable a pesar de las preocupaciones de los médicos".

Pero pronto llegaría un nuevo y duro golpe. Un cáncer de hígado se llevó por delante a su padre cuando sólo tenía 2 años. A pesar de su corta edad, la pérdida afectó notablemente a este niño británico: "Pasé de ser un chico extrovertido y alegre, siempre sonriendo, a una persona tranquila y más reservada. Sin embargo, no perdí la alegría de vivir".

A pesar de la enfermedad renal crónica, Pablo logró llevar una vida normal y activa desde los cinco hasta los diez años. Logró convertirse en cinturón marrón de kárate y terminó la educación primaria con bastante solvencia. Pero llevó la pandemia que cambió el mundo, y también la vida de Pablo. Después de contraer el Covid-19 en marzo de 2020, los primeros meses de la pandemia y en los que el virus era más agresivo, comenzó la peor pesadilla de la corta vida de Pablo. Perdió diez kilos en apenas dos semanas y comenzó a tener problemas respiratorios, que le obligaron a usar un inhalador.

La travesía en el desierto no acabó ahí porque a pesar de que debía estar inmunizado, volvió a contagiarse de Covid-19. Esta vez, el daño lo sufrieron sus ya deteriorados riñones, hasta el punto de que los médicos afirmaron que era un milagro que siguiera vivo. El virus acabó con la funcionalidad de sus riñones, dejaron de funcionar.

Esta lucha continúa tres años después: "Ahora estoy en las últimas etapas de la insuficiencia renal; Debo recibir tratamiento de diálisis 3 veces al día. Además, también debo tomar 17 comprimidos al día".

Pablo tiene 13 años y a los problemas físicos, se han sumado los psicológicos. Su estado de salud, los tratamientos y la medicación le han provocado mucho estrés. Hasta el punto de que, según confiesa, "renuncié a la mayoría de mis actividades, perdí completamente la confianza y después de la escuela estoy tan cansado que sólo quiero irme a la cama y no hacer ninguna actividad extraescolar".

Pablo ha hecho un llamamiento desesperado a través de ACLT (African Caribbean Leukemia Trust Charity), una organización benéfica que trabaja para brindar esperanza a los pacientes que viven con cáncer de sangre y enfermedades en las que se necesita un donante compatible.

"Un riñón nuevo me ayudaría a volver a ser el niño feliz, sociable y creativo que era antes, que soñaba con vivir una vida feliz, productiva y plena a pesar de la enfermedad renal. Un donante me ayudaría a convertirme en un niño con mucho impulso y comprometido a ser productivo en la educación, contribuir a la sociedad y prosperar a pesar de las adversidades importantes".

Pero las energías de Pablo se están agotando y ha hecho un llamamiento público a través de ACLT para que alguien anónimo le done un riñón porque "no quiero vivir más así. Quiero que me traten de nuevo como a los demás".

Sabrina Jarrett, directora de desarrollo nacional de ACLT, explicó que "los adolescentes ya tienen mucho que aprender y navegar en circunstancias normales y mucho menos mientras luchan contra la enfermedad renal crónica. Cuando conocí a Pablo por primera vez, descubrí que es un niño inteligente y feliz que se expresaba de una manera extremadamente buena. La enfermedad renal le pasaría factura a cualquier persona, a cualquier edad, pero en su adolescencia Pablo ha tenido que encontrar consuelo para realizar la mayoría de las actividades en casa, porque está restringido por la diálisis tres veces al día".

"Pablo necesita un riñón, y su origen étnico no debe ser un factor para que reciba uno o para su supervivencia. Todos tenemos el poder de cambiar esto", indicó.