
Sin luz
Portugal no se fía de España y pide una auditoría europea independiente para determinar las causas del apagón
"No escatimaremos esfuerzos para aclarar un problema grave que no se originó en Portugal", aseguró el primer ministro portugués

Tras un apagón que se prolongó durante unas diez horas y afectó gravemente a los sistemas eléctricos de Portugal y España, el país despertó este martes con el suministro prácticamente normalizado en todo el territorio.
El Consejo de Ministros volvió a reunirse ayer para evaluar las consecuencias del apagón, que paralizó transportes y comunicaciones y afectó al funcionamiento de hospitales, escuelas y otros servicios esenciales.
Como resultado del encuentro, el Gobierno portugués anunció que solicitará a la Unión Europea una auditoría de los sistemas eléctricos de los países afectados, así como la creación de una comisión independiente que evalúe la solidez y vulnerabilidades de la infraestructura energética.
El primer ministro de Portugal, Luis Montenegro, también elogió la reacción de la ciudadanía ante la crisis energética. «Hubo una respuesta altamente positiva y firme por parte de los ciudadanos y de las autoridades», afirmó el jefe del Ejecutivo. Además, Montenegro alertó de la «desinformación y manipulación» en el contexto del apagón, y urgió a los ciudadanos a «confiar en la palabra de las autoridades» difundidas a través de «los canales adecuados». Y aseguró él mismo haber dudado de algunas de las informaciones que circularon en redes sociales cuando regresó la conexión, por lo que instó a la ciudadanía a «confiar en la palabra de las autoridades» que «llega a través de los canales adecuados». «No tiene sentido tener una prisa desmesurada por encontrar la respuesta a todo, porque así se abre la puerta a la manipulación. Es el camino de oro para quienes quieren influir en la opinión pública con mentiras y hechos que no se ajustan a la realidad», continuó el primer ministro, que ha cancelado su asistencia al congreso del Partido Popular Europeo.
El impacto del apagón ibérico se hizo sentir con fuerza en la campaña de las elecciones legislativas en Portugal, desatando una oleada de críticas dirigidas al primer ministro, no por parte de la esperada extrema derecha, sino del principal líder de la oposición, el exministro de Infraestructuras Pedro Nuno Santos. El dirigente socialista acusó al primer ministro, Luís Montenegro, de haber fallado en un momento crucial: «El país fue testigo de una alarmante ausencia de liderazgo, orientación y apoyo cuando más se necesitaba, siendo él el máximo responsable de la Protección Civil». Según Santos, «durante horas, millones de ciudadanos estuvieron privados de información fiable y de directrices claras, cuando lo que se requería era una respuesta rápida y eficaz».
Santos también subrayó la falta de «una voz de mando y serenidad» frente a la ola de desinformación que se propagó en redes sociales desde el final de la mañana del lunes. Entre los rumores difundidos, se afirmaba que el corte eléctrico afectaba a toda Europa y que las autoridades comunitarias atribuían a Rusia un ciberataque sin precedentes, citando supuestamente a CNN Internacional, canal que fue utilizado de manera indebida como fuente.
Por su parte, Montenegro ha intentado eludir responsabilidades trasladando el origen del incidente a España, país del que Portugal depende totalmente en términos de suministro energético. El Ejecutivo se ha esforzado por minimizar las repercusiones del apagón con fines electorales.
Si bien la situación de desinformación ha sido parcialmente contenida tras el restablecimiento del suministro eléctrico y el acceso a los medios de comunicación, persisten otras consecuencias, como el caos en los aeropuertos nacionales en lo relativo a los vuelos de salida, así como la frustración de los pasajeros en varios países que aguardan vuelos con destino a Lisboa, Oporto o el Algarve.

Mercados recuperan la normalidad
Mercados y centros médicos recuperaron el orden en la capital portuguesa, donde los ciudadanos admiten que les cuesta «ponerse nerviosos» y viven con calma la vuelta a la rutina tras el apagón masivo que mantuvo a Portugal sin luz. «Las primeras horas fueron un caos», explica a Efe Dorinda Lopes, frutera en el céntrico mercado de Saldanha, cuyo lugar de trabajo se quedó el lunes completamente a oscuras en torno a las 11:30 hora local (una hora menos que en España). «Tuve que echar el cierre y no pude hablar con mi hija hasta bien entrada la noche», detalló esta mujer, natural del municipio de Torres Vedras (42 kilómetros al norte de Lisboa) y a quien se le escapa una sonrisa comparando el «alboroto» del lunes con la «tranquilidad» de ayer.
Los servicios recuperaron prácticamente su normalidad y funcionamiento con los supermercados y farmacias abiertas al público tras permanecer cerrados la mayor parte del lunes.
Al igual que en España, a medida que pasaban las horas, el servicio se fue restableciendo poco a poco, hasta recuperar el 100% del suministro durante la jornada de ayer. Es, por ello, que la normalidad fue poco a poco haciéndose paso en el país vecino.
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