Ucrania
Resurge el puño de hierro
l ¿Por qué se intensificó ayer la violencia tras la tregua de este fin de semana?
–La oposición había marcado el día de ayer como tope para que el Parlamento mostrara su intención real de cambiar la Constitución, pero el presidente de la Cámara rechazó someter este tema a votación, a pesar de que incluso algunos miembros del partido de Yanukovich son partidarios de volver a la de 2004. A las puertas del Parlamento se concentró gente de todo tipo: mujeres, jubilados... No era un grupo de radicales. Pero de repente, la Policía empezó a disparar pelotas de goma contra ellos y éstos respondieron. Un diputado de la oposición confirmó ayer que, además, la Policía disparaba a la propia Policía para crear el caos. La escalada de violencia fue en parte planificada para justificar la posterior dispersión brutal. Las autoridades han preparado este escenario.
l ¿Qué supondría la vuelta a la Constitución de 2004?
–Ésta es una petición política de la oposición, no de la ciudadanía, aunque ahora también lo reivindica. Ucrania, hasta 2004, se regía por la Constitución de 1996, que establecía una República presidencialista en la que el presidente es el jefe ejecutivo y el que diseña, aprueba y disuelve el Gobierno. Así, cuando el presidente y el primer ministro eran del mismo partido, Ucrania era una República «superpresidencial». En 2004, tras la Revolución Naranja, un pacto entre las élites del país, dirigidas por el presidente Kuchma, decidió cambiarla y convertir el país en una República parlamentaria, en la que el Parlamento era el que tenía más poderes y se reducían los del presidente. Estuvo vigente desde 2006 hasta 2010, cuando Yanukovich no soportó la «cohabitación» con la primera ministra Timoshenko y consiguió, a través de una serie de movimientos ilegales, restablecer la antigua Constitución. Así alcanzó el control absoluto de todo el país. Ahora, la única manera de echarle es que él dimita. No hay otra vía.
l ¿Qué consecuencias puede tener el brutal desalojo de ayer?
–Las autoridades pagarán un precio muy elevado por ello. En diciembre, intentaron dispersar la plaza pacíficamente, pero no consiguieron su objetivo. Ahora, además de mangueras de agua y otras técnicas militares, la Policía usa kalashnikov. Incluso, circulan informes donde se asegura que hay miembros del Ejército camuflados de Policía entre la gente, algo que está prohibido. El saldo de heridos y víctimas mortales será elevado.
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