Armas nucleares

Rusia amenaza con tomar represalias ante el posible traslado de armas nucleares estadounidenses a Reino Unido

La Fuerza Aérea estadounidense estaría preparando el despliegue de armas nucleares en suelo británico por primera vez en más de 15 años

María Zajárova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
María Zajárova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.larazon

Rusia advierte de que considerará una escalada cualquier intento de reubicar armas nucleares de Estados Unidos en el Reino Unido y amenaza con responder con una serie de «contramedidas» para garantizar su propia seguridad. Así lo anunció el martes la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Zajárova, que hizo referencia en rueda de prensa a un informe publicado la pasada semana sobre el presupuesto de la Fuerza Aérea estadounidense para 2024. Un documento que recoge una partida destinada a la construcción de un dormitorio con 144 camas en la base militar británica de Lakenheath, en el condado de Suffolk, perteneciente a la Real Fuerza Aérea (RAF, por sus siglas).

El Ejército de Estados Unidos declaró al Congreso que el edificio serviría para «albergar el aumento de personal alistado como resultado de la posible misión de seguridad», jerga utilizada habitualmente por el Pentágono para referirse a la manipulación de armas nucleares, según los expertos. Está previsto que la construcción del dormitorio comience en junio de 2024 y se prolongue hasta febrero de 2026.

Es la última señal que demostraría que Washington y Londres están llevando a cabo una serie de preparativos para el posible regreso de las armas nucleares estadounidenses a territorio británico por primera vez en más de 15 años. Por eso, Zajárova alertó: «Si alguna vez se da este paso, lo consideraremos una escalada, un paso hacia una escalada que llevaría las cosas en una dirección totalmente opuesta a la de abordar la cuestión apremiante de retirar todas las armas nucleares de los países europeos».

«En el contexto de la transición de Estados Unidos y la OTAN a un curso abiertamente confrontacional de infligir una “derrota estratégica” a Rusia, esta práctica y su desarrollo nos obligan a tomar contramedidas compensatorias diseñadas para proteger de forma fiable los intereses de seguridad de nuestro país y sus aliados», añadió en este sentido la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso.

La Federación de Científicos Americanos (FAS, en sus siglas) estima que Estados Unidos cuenta con un centenar de bombas de gravedad B61 desplegadas en Europa y otras 100 B61, la única arma táctica de su arsenal, almacenadas en Estados Unidos. En caso de que fueran enviadasa a la base de Lakenheath, casi con toda seguridad se trataría de una versión modernizada de la B61, apuntan los analistas.

«Aunque el posible regreso de las armas nucleares estadounidenses a suelo británico merece ciertamente un escrutinio, resulta un poco enriquecedor que provenga de un Gobierno que se ha pasado el año pasado iniciando exactamente lo mismo con Bielorrusia», declaró el investigador principal del proyecto de información nuclear de la FAS, Matt Korda, quien descubriera la partida presupuestaria estadounidense destinada a un dormitorio de seguridad en Lakenheath. En este sentido, Korda cree que es «muy improbable que el Gobierno ruso describa sus propios acuerdos nucleares compartidos con Bielorrusia como una escalada o desestabilización y, sin embargo, los paralelismos entre las dos situaciones son claramente visibles».

La estimación del organismo indica que Rusia dispone a su vez de 1.816 armas tácticas o no estratégicas. Es decir, de menor alcance y, por ello, destinadas a ser utilizadas en combate y no para la destrucción de ciudades enteras. Las armas han permanecido hasta la fecha almacenadas, sin embargo, la decisión del presidente ruso Vladimir Putin de trasladarlas a territorio bielorruso, hecho público en junio, rompió los esquemas. Aunque los servicios de inteligencia occidentales todavía no han detectado su despliegue en Bielorrusia.

Las ojivas están destinadas a ser utilizadas en lanzadores de misiles Iskander bielorrusos o como bombas para ser lanzadas por aviones Su-24 o Su-25 bielorrusos. Si la transferencia se lleva a cabo, sería la primera vez que Moscú pone armas nucleares en manos de sus aliados desde la caída de la Unión Soviética.