Secuestro, piratería o refugiados... ¿Qué ha pasado a bordo del "Galata Seaway"?

Escenas de pánico a bordo de un carguero de bandera turca que tuvo que ser rescatado gracias a una operación militar en aguas italianas la semana pasada. El "Galata Seaways", un buque de carga construido en 2010, partió de Topcular, en Turquía, el 7 de junio, rumbo a Sete, en el sur de Francia.

La travesía hubiera sido de lo más habitual si no fuera porque a los dos días de dejar puerto, este barco, diseñado para transportar vehículos, un grupo de unos 15 hombres armados intentaron secuestrar el carguero, con 22 tripulantes a bordo.

Según las primeras informaciones que se difundieron, los polizones se escondieron en Turquía, y fueron descubiertos por la tripulación en aguas italianas, cerca de la isla de Ischia. El capitán pidió ayuda, lanzó un SOS. Algunos de los polizones, que eran inmigrantes, iban armados con navajas y cuchillos. Cundió el pánico a bordo del "Galata Seaways".

El capitán pensó que iban a secuestrar el barco y dio la alarma a las autoridades francesas, pues vio a dos de ellos empuñando armas blancas en la zona de motores del buque mercante.

Francia avisó a sus homólogos italianos. Rápidamente, Italia respondió. Ante la posibilidad de secuestro, los militares italianos lanzaron una operación de rescate. Un equipo de la Brigada Marina San Marco y dos helicópteros de transporte acudieron en auxilio del "Galata Seaways".

Según informó la agencia italiana de noticias ANSA, los hombres de la Brigada San Marco, la infantería de la Marina, descendieron sobre el cargamento mientras que otra fuerza permaneció en el helicóptero para vigilar la situación. Una vez a bordo, los soldados italianos bloquearon inmediatamente a parte del grupo de supuestos piratas. Los demás atacantes, en cambio, huyeron, dispersándose y escondiéndose incluso debajo de los camiones y encima de los contenedores. Así comenzó la segunda fase del operativo. Las fuerzas italianas comenzaron a buscar y a identificar a los polizones.

Cuando terminó el operativo, el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, sacó pecho en redes sociales. "Los secuestradores del barco han sido capturados. Todo ha terminado bien. Mis felicitaciones a los chicos del Batallón de San Marco, a los policías y financieros, que han completado una espléndida operación de colaboración. Cada uno por su parte. ¡Bien hecho".

Pero después comenzaron las investigaciones y con ello, todo el embrollo. La Fiscalía de Nápoles comenzó a interrogar a los sospechosos. Y por el momento descartó que se tratara de un intento de secuestro por parte de piratas. “Cuando nos descubrieron teníamos miedo de que nos detuvieran para deportarnos”, reconocieron algunos de los migrantes.

Los investigadores identificaron a 14 personas: un iraní, cuatro sirios y nueve iraquíes. Las únicas dos mujeres fueron hospitalizadas, una migrante embarazada y otra muy frágil de salud. Dos hombres fueron tratados, uno con sospecha de fractura de tobillo y otro con hipotermia severa. Mientras que los otros 11 hombres fueron acompañados a un centro de acogida.

Según informa ANSA, al término de la primera fase previa llevada a cabo tras el atraque del buque en Nápoles, la Policía judicial procedió a denunciar a tres inmigrantes ilegales por tenencia de armas. Los dos cuchillos y el cúter encontrados fueron incautados y, según se alega, fueron utilizados para cortar las lonas de los camiones y salir.

Algunos medios han salido después en defensa de los migrantes y acusan al Gobierno italiano de haber exagerado ante unos solicitantes de asilo. Sin embargo, desde el ministerio de Defensa insisten en que el Ejército italiano actuó y resolvió con profesionalidad ante "una situación manifiestamente peligrosa denunciada por el comandante".

Mientras, el "Galata Seaway" volvió a Turquía y desde primera hora del sábado navega rumbo a Sette, Francia, según la página web especializada Marine Traffic.