Asia

Una semana laboral de 4 días: la última medida del país más envejecido del mundo para salvar su futuro

La medida ha entrado en vigor en abril y se podrán beneficiar de ellas los empleados gubernamentales

El cruce mas famoso del mundo en el Barrio de Shibuya, Tokio
El cruce mas famoso del mundo en el Barrio de Shibuya, TokioLa Razón

El envejecimiento de la población se ha convertido en uno de los desafíos más urgentes para las sociedades desarrolladas. La baja natalidad, el aumento de la esperanza de vida y los cambios en los modelos familiares están provocando un profundo desequilibrio demográfico. En este contexto global, Japón ocupa un lugar destacado como uno de los países más envejecidos del mundo: casi el 30% de su población supera los 65 años, según datos oficiales del gobierno japonés.

Ante esta realidad, el país asiático continúa explorando fórmulas para revertir la tendencia. Una de las últimas propuestas ha llegado desde su capital, Tokio, donde las autoridades están promoviendo la implantación de la semana laboral de cuatro días. La medida, que ya ha sido adoptada de forma experimental por varias empresas, forma parte de un esfuerzo más amplio para mejorar la calidad de vida, fomentar la conciliación familiar y, especialmente, aumentar las tasas de natalidad.

El razonamiento es claro: si los trabajadores disponen de más tiempo libre, es más probable que formen una familia y dediquen tiempo a la crianza. También se espera que una jornada laboral más flexible contribuya a reducir el estrés y la presión laboral, dos factores que históricamente han sido señalados como barreras para la maternidad y paternidad en el país.

Entra en vigor en abril

Como recoge CNN, la iniciativa -que ha entrado en vigor en abril- ha sido impulsada por el Gobierno Metropolitano de Tokio y se dirige inicialmente a los empleados gubernamentales. No obstante, no es la única medida en marcha. Desde la administración también se ha anunciado una política complementaria, destinada a padres con hijos de primero a tercer grado, que podrán intercambiar parte de su salario por la opción de salir antes del trabajo.

Durante la presentación del plan en diciembre, la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, aseguró en declaraciones recogidas por el Japan Times que el objetivo era seguir revisando "los estilos de trabajo (...) con flexibilidad, garantizando que nadie tenga que abandonar su carrera debido a eventos de la vida como el parto o el cuidado de los niños".

Aunque aún es pronto para evaluar el impacto en los índices demográficos, las autoridades niponas confían en que este experimento laboral pueda convertirse en una herramienta clave para combatir uno de los mayores retos de su futuro. Actualmente, la tasa de fertilidad de Tokio es de apenas 0,99 hijos por mujer, una de las más bajas del país, y muy por debajo del umbral de reemplazo generacional.

Japón comparte este desafío con otras economías avanzadas como Corea del Sur, que registra una tasa de fertilidad aún más baja, 0,75 en 2024, la más baja del mundo.