Política

Ankara

Tensa calma en Taksim

Un grupo de manifestantes duerme en el parque Gezi, en Estambul, donde los jóvenes siguen acampados
Un grupo de manifestantes duerme en el parque Gezi, en Estambul, donde los jóvenes siguen acampadoslarazon

El Gobierno turco está aplicando la estrategia del palo y la zanahoria, confundiendo a los manifestantes, que ya no saben qué pueden esperar del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan. El líder islamista lanzó ayer un nuevo ultimátum para que los manifestantes abandonen el parque Gezi, donde han estado acampados desde el día 1 de junio, y les dio 24 horas.

Ante esta amenaza, la Plataforma de Solidaridad con Taksim, que reúne y representa a decenas de grupos que integran el movimiento de protesta, anunciaba anoche la decisión de acudir a un encuentro con el primer ministro en su residencia en Ankara. «Estamos aún descolocados por esta invitación», aseguraron a LA RAZÓN fuentes de la plataforma de forma anónima. Ésta publicó a través de las redes sociales los nombres de los seis representantes que acudirán al encuentro, junto a intelectuales y artistas turcos. El día anterior ya se había celebrado una reunión oficial que el grupo criticó porque no había sido invitado, ya que el Gobierno había elegido a los interlocutores. Los manifestantes de Gezi también aseguraban que los que acudieron no los representaban.

En ese encuentro, el partido gobernante AKP planteó la posibilidad de celebrar un referéndum sobre el destino del parque, para que sean los habitantes de Estambul o del barrio de Beyoglu los que decidan si este espacio verde tiene que permanecer o si prefieren que sea convertido en un centro comercial. La idea parece una estrategia para ganar tiempo y calmar los ánimos, ya que incluso legalmente es poco viable: sobre el parque ya existe un fallo judicial que paraliza el proyecto de urbanización del Gobierno local.

Ayer, en Gezi, la propuesta del referéndum no gustaba o simplemente no era tomada en serio: los manifestantes no confían en la palabra del Gobierno, sobre todo después del desalojo violento de Taksim. Tras el ultimátum anunciado por Erdogan al mediodía, muchos creían que las autoridades acabarán interviniendo por la fuerza y desalojando la acampada, a pesar de estar negociando al mismo tiempo. Tres jóvenes estudiantes sentadas junto a su tienda de campaña aseguraban a LA RAZÓN estar esperando la intervención de la Policía. «Pueden pasar 24 horas, o 48 horas, pero en algún momento llegarán», aseguraba Irem con ojos asustados, pero con la determinación de permanecer en Gezi. Desde la plataforma, Emriham Liman declaraba a este periódico que permanecerán en el parque porque «ésta es nuestra casa». «Si nos echan por la fuerza, volveremos hasta que nuestras demandas sean cumplidas», añadió.

Por su parte, el ministro del Interior, Muammer Güler, dijo que los manifestantes no pueden seguir durmiendo y viviendo en el parque, y pidió que se distancien de los «provocadores» que han estado enfrentándose con la Policía. «La Policía tiene que hacer su trabajo», dijo Güler, aunque de momento no habría dado órdenes de desalojar Gezi. El gobernador de Estambul confirmó que no tenía previsto ordenar un desalojo forzoso del parque anoche.

Ayer los periódicos turcos tenían en su portada la palabra «referéndum». La guerra propagandística del Gobierno está funcionando y, de cara a la opinión pública, las autoridades están dispuestas a negociar. Por ello, Erdogan, se reunía con Hülya Avsar, una estrella de televisión que supuestamente representa al movimiento. «Ella y otros artistas que se han reunido con Erdogan son muy conocidos», asegura a LA RAZÓN Melis, una profesora que imparte cine en el «stand» de los artistas en Gezi, pero nunca han pisado el parque.