Crisis migratoria en Europa

La trágica historia de Aylan se repite en 2016

Jalid, un sirio de dos años, se convierte en el primer refugiado que muere en el Egeo

Un grupo de voluntarios ayuda a los refugiados que llegan a las costas griegas.
Un grupo de voluntarios ayuda a los refugiados que llegan a las costas griegas.larazon

Jalid, un sirio de dos años, se convierte en el primer refugiado que muere en el Egeo

La crisis de refugiados sigue sin dar tregua a la Unión Europea. Ayer fallecía un niño sirio de apenas dos años en el mar Egeo, la primera víctima de 2016. A pesar del invierno y las bajas temperaturas, los demandantes de asilo continúan su travesía hacia Grecia o Italia huyendo de la guerra y el terrorismo para buscar un futuro en Europa. «Nada puede prepararte para afrontar la horrible realidad de lo que está sucediendo. Nos hemos encontrado cara a cara con una de las víctimas más jóvenes de esta crisis migratoria. Es un trágico recordatorio de la muerte de cientos de personas que perdieron sus vidas en un intento por alcanzar la seguridad en condiciones deplorables», declaraba el fundador de la organización de rescate MOAS, Christopher Catrambone.

El pequeño Jalid viajaba junto a 39 personas más en un bote neumático, que fueron rescatadas después de que la embarcación chocara contra rocas en la isla helena de Agathonisi. La madre del niño fallecido, una joven de 20 años, se encontraba entre los supervivientes. También un bebé de tres meses consiguió sobrevivir tras ser tratado de hipotermia severa.

A pesar de la tragedia que supone cada muerte y cada naufragio, los veintiocho Estados miembros no consiguen ponerse de acuerdo en cómo poner freno a esta crisis humanitaria sin precedentes. En 2015 han llegado a Europa un millón de refugiados y más de 3.700 personas, entre ellos mujeres y niños, han perdido la vida en el mar en su intento de alcanzar suelo europeo. La solución ante esta problemática empezó a forjarse en mayo del año pasado, cuando la Comisión Europea presentó una propuesta para que todos los países europeos se implicaran en la acogida de refugiados, antes de la llegada del verano. Pero la respuesta común, aunque débil, sólo llegó después de que se publicara la foto del pequeño Aylan Kurdi, el niño de tres años que falleció en las playas de Turquía y que se convirtió en la imagen mundial de la tragedia. Los ministros del Interior europeos cerraron entonces un acuerdo con el voto en contra de cuatro países: República Checa, Eslovaquia, Rumanía y Hungría, y la abstención de Finlandia. Se acordó la acogida de 120.000 refugiados en dos años, algo que ya ACNUR consideraba insuficiente. Por compromisos anteriores, la cifra global para la reubicación se elevaba a 160.000, pero los resultados de la propuesta al cierre del año señalan que apenas 184 demandantes de asilo han sido reubicados según el sistema acordado.

El sistema de cuotas sigue planteando divergencias y será uno de los retos de 2016 para el conjunto europeo. Incluso países que habían declarado una política de puertas abiertas, como ha sido el caso de Alemania o Suecia, están viendo tambalear sus propuestas. El Gobierno sueco se ha declarado completamente desbordado y ha pedido ayuda para la reubicación de demandantes de asilo desde su país, de una forma similar a la que obtienen Grecia o Italia. Desde hoy lunes realizará además controles en su frontera con Dinamarca para tratar de frenar la llegada de refugiados por esa vía, algo que no ha gustado ni a Copenhague ni a Berlín. En Alemania, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), hermanada con la Unión Cristianodemócrata de la canciller, Angela Merkel, ha pedido poner un límite de 200.000 refugiados al año ante el incesante flujo masivo a su territorio.

Polonia cuestiona la política de cuotas

Hasta ahora, Polonia se había desmarcado de las políticas de Hungría o Eslovaquia. Sin embargo, ayer dio un cambio de rumbo al asegurar que no comparte la política de cuotas de la UE. A pesar de las críticas, desde Varsovia se confirmó que mantendrán la acogida de 7.000 refugiados asignada por el sistema europeo, aunque se incrementarán los controles para asegurar que cumplen los requisitos para ser demandantes de asilo. Así lo aseguró el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Witold Waszczykowsk, cuyo partido, Ley y Justicia (PiS), había criticado duramente la decisión de acoger a refugiados cuando estaba en la oposición. Ahora en el poder, la formación ultraconservadora de la primera ministra Beata Sydlo se suma al bloque crítico que no pondrá las cosas fáciles a la UE.