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Caracas

Venezuela no volverá a la Convención Americana de Derechos Humanos si no se reforma

Venezuela no volverá a formar parte de la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH), de la que se retiró en septiembre pasado, hasta que haya una transformación del sistema, según el canciller venezolano, Elías Jaua.

En declaraciones al diario local "Últimas Noticias"publicadas hoy, el canciller sostuvo que el sistema interamericano de derechos humanos "está secuestrado por los grandes medios de comunicación, por las grandes corporaciones".

"Eso (la vuelta de su país a la CADH) no se discute mientras no haya una transformación de ese sistema, que realmente es imposible", señaló Jaua.

El Gobierno venezolano apunta, en cambio, a fortalecer instancias similares en otros organismos regionales, como el Mercosur y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), destacó.

"Estamos trabajando por crear el Consejo de Derechos Humanos de la Unión de Naciones Suramericanas, un sistema de derechos humanos que en verdad responda a la protección (...) de los ciudadanos de a pie", afirmó.

Venezuela oficializó el 10 de septiembre su salida de la CADH, mecanismo que da base jurídica a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), un año después de que el entonces presidente Hugo Chávez acusara al sistema interamericano de justicia de estar manipulado por Estados Unidos.

El chavismo ha acusado especialmente a la CIDH, que emitió varios fallos contrarios a Venezuela, de estar al servicio de los poderosos, mientras que la oposición ha alertado de que la retirada del país de ese organismo deja a los venezolanos en una situación de "indefensión".

En la entrevista, el canciller Jaua también dijo que actualmente "no hay ningún tipo de conversación"entre su Gobierno y el de Estados Unidos, al considerar "imposible"mantener relaciones si Washington no respeta el principio de no injerencia en asuntos internos.

Las relaciones entre ambos países se encuentran congeladas tras la decisión en septiembre del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de expulsar a altos diplomáticos de la embajada estadounidense en Caracas por participar supuestamente en planes para desestabilizar a su Gobierno.