
Aeropuertos
Viajar en avión podría ser más fácil muy pronto: el esperado cambio que transformará los controles de seguridad
Los pasajeros llevan años reclamando mayor flexibilidad en las medidas de seguridad

Viajar en avión puede llegar a convertirse en una experiencia estresante, especialmente cuando se trata de cruzar los controles de seguridad de los aeropuertos. Desde hace casi dos décadas, las restricciones impuestas en los filtros de seguridad han pasado a formar parte del ritual previo al embarque: sacar los aparatos electrónicos del equipaje de mano, quitarse los zapatos, vaciar los bolsillos, y, sobre todo, cumplir con la norma que limita el transporte de líquidos a envases individuales de no más de 100 mililitros, todos ellos contenidos en una bolsa transparente de un litro con cierre tipo zip.
Estas medidas, aunque justificadas por razones de seguridad, han sido objeto de críticas recurrentes por parte de los pasajeros, que desde hace años reclaman una mayor flexibilidad. Ahora, esos cambios podrían estar más cerca de lo que muchos creen. Recientemente, el Departamento de Seguridad Nacional de EE UU (DHS, por sus siglas en inglés) confirmó que los viajeros ya no tienen que quitarse los zapatos al pasar por los controles de seguridad estándar en los aeropuertos estadounidenses, una norma que llevaba vigente desde 2001.
En palabras de Kristi Noem, actual secretaria de Seguridad Nacional, la decisión busca mejorar la experiencia de viaje "conservando los estándares de seguridad". Sin embargo, esta no sería la única novedad que se avecina en materia de seguridad aeroportuaria.
¿Se aproximan nuevos cambios?
El pasado miércoles, durante su intervención en la Cumbre de Hill Nation, Noem dejó entrever que la normativa sobre el transporte de líquidos en cabina también podría revisarse próximamente. "Les diré, me refiero a los líquidos, que tengo dudas. Así que quizás el próximo gran anuncio será qué tamaño deben de tener sus líquidos", afirmó ante el público, abriendo la puerta a una posible modificación de una de las reglas más impopulares entre los viajeros, que en unos años también podría llegar a Europa.
En el caso de Estados Unidos, la normativa actual, gestionada por la TSA (Administración de Seguridad en el Transporte), establece que los pasajeros pueden llevar en su equipaje de mano líquido, geles y aerosoles en envases de hasta 3,4 onzas (aproximadamente 100 mililitros), todos ellos guardados en una sola bolsa de plástico transparente con capacidad máxima de un litro.
En Europa, la normativa vigente es prácticamente similar desde 2006, aunque varios aeropuertos del continente han comenzado a flexibilizar estas medidas gracias a la implantación de escáneres CT (tomografía computarizada). Esta nueva tecnología, cada vez más extendida, permite visualizar el contenido del equipaje en 3D con gran nivel de detalle, lo que podría permitir a futuro eliminar restricciones que han generado millones de incautaciones y confusión en los filtros de seguridad.
El origen de las restricciones
La prohibición sobre el transporte de líquidos en grandes cantidades en la cabina se remonta al año 2006, tras un intento de atentado terrorista frustrado en el Reino Unido. Un grupo vinculado a Al Qaeda planeaba hacer explotar varios aviones mediante artefactos líquidos improvisados, camuflados en botellas de bebidas y activados químicamente.
✕
Accede a tu cuenta para comentar