Vuelve a ver la cara de su hermano muerto, trasplantada a otro hombre

Rebecca Aversano llega nerviosa a una casa a las afueras de Virginia, en Estados Unidos. Va a volver a ver la cara de su hermano muerto, pero trasplantada en otro hombre.

Han pasado tres años desde que donaron sus órganos tras atropellarle una camioneta. Su cara pasó a ser la de Richard Norris, que se quedó sin rostro tras dispararse accidentalmente.

Una vez dentro, Rebecca mira a Norris perpleja. "¿Te molesta si la toco?", pregunta y vuelve a acariciar aquel rostro tan conocido. "La cara con la que crecí", acierta a decir la joven, sin poder apartar los ojos de ella.

Ambas familias ya tenían contacto por correo y teléfono pero ahora, el programa australiano "60 minutos"les ha reunido en persona.

Escenas muy emotivas para un pequeño milagro basado en la generosidad de una familia y en el trabajo de los 150 médicos que durante 36 horas se esforzaron para devolverle su vida a Richard Norris.

Atlas