Reino Unido
La familia de Jacintha Saldanha exige respuestas
La autopsia desvela que una compañera de trabajo encontró el cadáver de la enfermera, que también presentaba heridas en las muñecas
Respuestas. La familia de la enfermera de Catalina que se suicidó al saber que había sido víctima de una broma, tan sólo quiere respuestas. Así lo expresó ayer Keith Vaz, el diputado laborista que de alguna manera se ha convertido en el portavoz del marido y los dos hijos de la víctima, que aún conmocionados no quieren salir de su casa en Bristol ni hablar con nadie. Ni siquiera tuvieron fuerzas para trasladarse hasta Londres, donde ayer se hicieron públicos los resultados de la autopsia. Los médicos confirmaron que Jacintha Saldanfue encontrada ahorcada el pasado viernes por la mañana en el apartamento que facilita el hospital Rey Eduardo VII a sus trabajadores para dormir entre semana. La enfermera de origen indio también tenía marcas en sus muñecas.
Además, la Policía encontró dos cartas en la habitación y otra más entre sus pertenencias, aunque el contenido de las mismas no fue facilitado a los medios de comunicación. Seguramente porque serán claves en la investigación que comenzó ayer y que hasta el próximo 26 de marzo analizará una muerte que ha dejado muchas cuestiones abiertas.
Sin respuesta
La primera de ellas, la respuesta del hospital tras enterarse de que Saldanha había pasado una llamada desde la recepción hasta la habitación donde se encontraba Catalina, tratándose de molestias por su embarazo, pensando que se trataba de lsabel II y el príncipe Carlos. El centro siempre ha defendido que le dio, desde el primer momento, su apoyo, pero surgen dudas sobre posibles presiones. Es más, en ciertos diarios británicos se asegura que en alguna de las cartas que dejó la enfermera, ésta animaba a su familia a pedir explicaciones al hospital sobre lo ocurrido. La segunda, la reacción de la radio australiana 2Day FM, artífice de la broma. Los responsables de la emisora aseguran que trataron de ponerse en contacto con el hospital hasta en cinco ocasiones para pedir permiso antes de emitirla. Al no obtener respuesta, su equipo legal les autorizó a ofrecerla a sus oyentes, ya que sólo se trataba de «despertar a la gente una sonrisa» y, según dicen, no violaron ninguna norma.
Por otra parte, también se ha cuestionado el papel de la familia real. Después de que el cantante Morrissey les acusara de dictadores, St. James Palace recalcó ayer que los duques de Cambridge no sólo no se quejaron al centro por lo ocurrido, sino que agradecieron el trato recibido en todo momento por el personal sanitario.
Tras conocer la autopsia, el diputado laborista dijo que aunque la familia de la víctima no había podido asistir porque está muy disgustada, pero aún así quieren conocer todos los detalles de la investigación. Vaz, que es presidente del Comité de Asuntos de Interior de la Cámara de los Comunes, ha escrito en nombre de la familia una carta a Rhys Holleran, presidente ejecutivo de Southern Cross Austereo, propietaria de una emisora de radio con sede en Sydney, aunque reveló que aún no ha recibido ninguna respuesta.
En busca de los «mails»
El cuerpo de Jacintha no pudo ser identificado por su marido hasta el martes debido a las circunstancias que rodeaban al suceso. Ni él ni sus hijos, de 17 y 14 años, sabían nada de la broma, por lo que no podían imaginar que la enfermera pasaba por un grave problema de depresión. La Policía está ahora investigando los correos electrónicos que envió antes de quitarse la vida. El inspector jefe, James Harman, añadió que estaba en contacto con sus colegas de Australia para que pudieran proporcionar las mejores pruebas que se someterán a la investigación. Ya se adelantó que también interrogarán a los dos locutores de radio.
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