Siete consejos para recuperar la forma después de Navidad

Las “dietas milagro” no existen, y es probable que sea lo que estemos deseando después de los excesos de la Navidad. Tardamos muy poco en coger kilos de más, pero mucho en volver a soltarlos. Ahora, hay que hacer algunos cambios para poder recuperar nuestro estado de forma:

- Restringir las calorías. Después de los polvorones y los turrones, ahora toca vigilar los alimentos. El consumo prioritario de los vegetales debe ser nuestra gran meta, sobre todo las que son más diuréticas, como los espárragos. También tener en cuenta la ingesta de proteinas y tomar alimentos con mucha fibra y depurativos como pueden ser las sopas y las cremas de verduras.

- Olvidarnos de ayunar. Tendemos a creer que al ayunar, como no consumimos calorías, será más fácil perder peso. Pero no. Debemos deshacernos de este mito tan típico, puesto que podemos provocar un efecto rebote. Por ende, es importante realizar un buen desayuno, ya que es la comida más importante del día. La fruta ideal es la manzana, ya que contribuye a reducir la tensión arterial, disminuye el colesterol y combate el estreñimiento debido a la fruta. Además de la fruta, los lácteos y los alimentos cítricos (frutos con gran contenido de Vitamina C como mandarinas, naranjas o pomelo) son muy recomendables, al igual que evitar la bollería.

- Ejercicio cardiovascular. Los kilos no se van a quitar solos, y aunque la alimentación es lo más importante, también hay que tener en cuenta el ejercicio. Lo recomendable son 20-30 minutos diarios de este ejercicio, ya sea corriendo en la cinta, haciendo bicicleta elíptica o estática o también salir a andar media hora diaria.

- Estiramientos y tonificar los músculos. Al igual que es bueno el ejercicio aeróbico, también está bien el anaeróbico. El levantamiento de pesas, así como los abdominales, son de gran ayuda. Eso sí, en ambos tipos de ejercicios hay que tener en cuenta que es imprescindible estirar al menos diez o quince minutos para evitar lesiones y dolores musculares.

- Una buena hidratación. Bebe entre dos y tres litros al día. Eliminarás toxinas y ayudarás a mantener una temperatura de tu cuerpo normal. Además, el agua es necesaria para los jugos digestivos, la orina y las heces. Y no dudes de que el agua es el principal componente de la transpiración, el sudor.

- No te obsesiones. Los resultados no los vas a conseguir en dos semanas. La constancia es la base del éxito, por lo que si tu propósito es tener una vida sana, no hagas todo de golpe. Ves poco a poco e irás viendo resultados.

- No lo pospongas. Tan malo es obsesionarte como dejarlo. Pone una fecha límite para empezar, y establece rutinas de entrenamiento, así como combinándolas con tu día a día para que no te sulfures.