psicología

¿Qué es el síndrome del niño hiperregalado?

El exceso de regalos a los menores en las fiestas de Navidad es nocivo para su salud emocional. Dar de más en la infancia se traduce en adultos sin tolerancia a la frustración, tiranos y estresados.

El exceso de regalos es contraproducente
El exceso de regalos es contraproducenteSandy MillarUnsplash

Nuestros hijos reciben de Papá Noel y los Reyes Magos una auténtica avalancha de regalos en menos de dos semanas. En algunas familias se dan más de veinte presentes por hijo. Hay regalos que realmente son deseados por los pequeños y les hacen ilusión, pero también hay otro porcentaje de regalos que son elegidos para completar “la lista”, o para equilibrar presupuestos entre un niño y otro. Otras veces son los propios pequeños que, ante la gran oferta de regalos que pueden elegir, demandan sin criterio alguno juguetes que no les hacen ilusión pero que son los elegidos por amiguitos o familiares.

Antes de comprar al tuntún, los padres deberían hablar con sus hijos y saber cuál es el regalo que más desearían tener y conocer qué intereses tienen y cuáles presentes les pueden hacer más creativos (tipo pinturas, plastilina o puzles). Hay que intentar regalar objetos que puedan compartir, que estimulen sus capacidades y que ayuden en su crecimiento en habilidades sociales. Fomentar la creatividad es mucho más importante que ceder a sus deseos y regalarles una videoconsola y más en este año en el que los menores de edad han crecido pegados a una pantalla por culpa del confinamiento.

Además de no saber qué hacer con tanto regalo, cuando estos pequeños emperadores no reciben todos los objetos de su lista se sienten frustrados, irritados y en un estado de tensión muy negativa para su salud mental. Los niños valoran los regalos por cantidad y no por precio, por lo que se convierten en futuros egoístas. Muchos padres no saben poner freno a las peticiones de sus retoños, por lo que sin querer fomentan estos hábitos nocivos: todo a cambio de no quedar como los “malos”.

Las consecuencias de este regalo abusivo de juguetes se traduce en que los niños no les dan ningún valor o se aburren a los pocos días. Su única ilusión es abrir y abrir más paquetes sin valorar el contenido. También pueden desarrollar la idea de que no hace falta esforzarse para conseguir lo que quieren. Los chicos hiperregalados de hoy se convertirán en adultos con baja tolerancia a la frustración, materialistas, consumistas, caprichosos y con poca imaginación.

Los adultos que no saben sentirse frustrados son más propensos a vivir con estrés, ansiedad, tristes y enfadados, no toleran contratiempos y no saben tener relaciones duraderas pues suelen “escapar” ante cualquier circunstancia desagradable.

Los regalos de Navidad tienen su continuidad en los regalos de cumpleaños y los que consiguen a cambio de sacar buenas notas, por lo que acaban siendo pequeños tiranos acostumbrados a lograr lo que quieren y en el momento que ellos decidan.

Cómo evitar tener un niño hiperregalado

Es importante que los padres estén al lado de sus hijos cuando escriban sus cartas a los Reyes o Papá Noel. Hay que ponerles un límite y no dejarles escoger medio catálogo de juguetes solo porque sí. Además así se reduce la opción de comprar artículos que vayan a quedarse en el armario sin usar. Hablar con los niños de la necesidad de pedir con cabeza puede convertirse en una oportunidad magnífica para inculcar a los menores valores como la gratitud o la solidaridad.

Como padres, hay que comprender que los juguetes no los sustituyen. Ya sea por trabajo o por divorcios, muchos padres intentan compensar con estos regalos las horas que no pasan haciendo compañía a los menores, y este sentimiento de culpabilidad les lleva a comprar en exceso. Al final no hay dicho más veraz que el que asegura que el tiempo vuela, y no hay coche de carreras que pueda compensar una hora jugando al parchís al lado de un hijo.

Otra solución puede ser regalar a los chicos experiencias, como un campamento de verano o un viaje en el verano a algún sitio que les haga ilusión. Además de mantener la intriga hasta el momento de que se cumpla el deseo, los viajes y la convivencia con otros niños de su edad favorece su crecimiento como persona.

Como muchos niños reciben regalos en casas de abuelos, padrinos y demás familiares, es importante que hablemos previamente con todos ellos para ponernos de acuerdo en qué van a recibir y frenar este síndrome.

La regla de los cuatro regalos

Una forma de lograr que los niños reciban solo lo que verdaderamente quieren es establecer una regla según la cual solo pueden pedir cuatro cosas: algo necesario, algo para vestir, algo que verdaderamente deseen y un regalo que tenga una finalidad. De esta manera nos aseguramos que reciban presentes que realmente quieran y que sepan valorar lo que tienen.

También es un momento muy adecuado para que los niños desarrollen la solidaridad y la empatía, pidiendo regalos para familiares que puedan necesitarlo o donando juguetes que ya no utilicen para que otros niños puedan aprovecharlos.