Cuidado de la piel

Ácido hialurónico sin filtros: lo que debes saber antes de incluirlo en tu rutina

El ácido hialurónico, presente en nuestro organismo, se ha convertido en un componente esencial para la piel y la salud

El ácido hialurónico en nuestra rutina diaria
El ácido hialurónico en nuestra rutina diariapexels

El ácido hialurónico, una molécula fundamental presente de forma natural en el organismo, se ha posicionado como un ingrediente central en cosmética y medicina estética. Este polisacárido se halla en la piel, ojos y articulaciones, con funciones clave.

Su estructura, con unidades de ácido D-glucurónico y N-acetil glucosamina, le confiere capacidad para captar y retener agua. Como humectante natural, puede almacenar hasta mil veces su peso en líquido, contribuyendo a la hidratación cutánea.

Esta propiedad favorece una piel de textura más suave, flexible y con un aspecto terso y luminoso. Forma una "almohadilla" entre las células, lo que reduce la sequedad y suaviza la apariencia de líneas de expresión y arrugas.

Sus propiedades y aplicaciones en la piel

La principal ventaja del ácido hialurónico es su capacidad hidratante. Al mantener los niveles adecuados de agua en la piel, contribuye a mejorar su textura, disminuir la sequedad y, de manera notable, ayuda a suavizar la apariencia de líneas de expresión y pequeñas arrugas, tal y como recoge el medio 2trendies. Esta cualidad lo hace especialmente valorado para pieles que presentan signos de madurez.

Asimismo, esta sustancia refuerza la barrera cutánea, la protección natural de la piel frente a factores externos como la contaminación o la radiación solar. Posee, además, propiedades antiinflamatorias que pueden calmar la piel irritada, reducir el enrojecimiento y restaurar su elasticidad natural.

El resultado de su aplicación es una piel de aspecto más saludable, luminoso y rejuvenecido, sin tratamientos agresivos. Originalmente, el ácido hialurónico se obtenía de tejidos animales, pero en la actualidad su producción se realiza mediante fermentación bacteriana en laboratorios, lo que garantiza mayor pureza y un origen ético.

Más allá de la cosmética: usos médicos y consideraciones

Fuera del ámbito de la estética, el ácido hialurónico tiene aplicaciones importantes en medicina, particularmente para mejorar la salud articular en casos de artrosis. Actúa como un lubricante que facilita el movimiento y disminuye el dolor para los pacientes. También se emplea en oftalmología, en cirugías oculares, y como coadyuvante en la cicatrización de heridas.

En el sector estético, además de estar presente en productos como sueros y cremas, se administra directamente bajo la piel mediante inyecciones, los llamados rellenos dérmicos. Estas buscan recuperar el volumen facial, rellenar arrugas profundas y mejorar la firmeza de la piel.

Con el paso de los años, el cuerpo produce menos ácido hialurónico de forma natural. Esta disminución explica por qué la piel se vuelve más seca, pierde elasticidad y aparecen las arrugas. Incorporar productos o suplementos puede ayudar a compensar esa pérdida y mantener un aspecto más joven.

En términos generales, el ácido hialurónico es seguro y bien tolerado. Al ser una sustancia natural, la probabilidad de alergias es reducida. No obstante, las inyecciones pueden causar inflamación o hematomas temporales en la zona, que remiten en días. Es fundamental acudir a profesionales cualificados y seguir estrictamente sus indicaciones.