Distribución
La bodega burgalesa que cosecha el vino más prestigioso del mundo
Se llama Viña Arnáiz y aúna la más alta tecnología con la tradición familiar para elaborar un vino condecorado por los mejores expertos
Conoce la Viña Arnáiz, una de las bodegas donde se elaboran los mejores vinos de García Carrión.
Hablar del grupo García Carrión es hablar de éxito, tradición y calidad. De cómo una empresa familiar ha logrado convertirse en la primera bodega de Europa y la cuarta del mundo, y estar presente en más de 150 países. Durante más de 125 años y cinco generaciones, la compañía ha dado pasos agigantados hasta convertirse en lo que es hoy en día: uno de los grandes imperios del vino. Su eficaz política de diversificación le permite ofrecer una gran variedad de prestigiosos vinos abarcando un total de diez denominaciones de origen.
La tradición agrícola de la familia García Carrión se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, época en la que las primeras generaciones elaboraban sus uvas y vendían el vino en su propia bodega que por aquel entonces estaba situada en la localidad murciana de Jumilla. Años después, se empezó a comercializar en pueblos próximos a Almería y, desde entonces, el grupo no ha parado de crecer nacional e internacionalmente. La quinta generación familiar, liderada por Luciano, le ha dado un impulso espectacular en mercados como Estados Unidos o Asia, estando el grupo presente, hoy, en más de 150 países.
Actualmente, dispone de un total de un total de 15 Instalaciones, entre Plantas de elaboración de Zumo Exprimido y Bodegas de Vinos DO, que reúnen más de 155.000 hectáreas de plantación y su modelo de negocio es sinónimo de éxito. Las últimas previsiones apuntan a finalizar el 2018 con una facturación de más de 1.000 millones de euros, superando así la de 2017, que fue de 930 millones.
Una de las marcas más reconocidas y prestigiosas del grupo en Vino D.O. es Pata Negra, cuya creación en 2007 supuso una auténtica revolución en el mundo del vino al unir bajo una misma etiqueta ocho denominaciones de origen diferentes: Rioja, Ribera del Duero, Valdepeñas, Rueda, Toro, Cava, Jumilla y Penedés. Gracias a esta fusión en una sola marca, se abrieron las puertas de los mercados internacionales que permitieron exportar el vino por todo el mundo. Desde García Carrión aseguran que «el gran reto es que los vinos de nuestro país, tan excepcionales por su calidad, puedan ser reconocidos y disfrutados en cualquier rincón del mundo».
Viña Arnáiz es una de las bodegas donde se elaboran los mejores vinos de la entidad. Situada en Haza (Burgos), en pleno corazón de la Ribera del Duero. Fala Corujo, vicepresidenta de la compañía, explicó la importante remodelación de las infraestructuras que se realizó en el año 2006 y que permitió duplicar la producción. La bodega integra la más alta tecnología junto a la tradición para producir una amplia gama de productos totalmente identificables con la cuenca del río Duero. El proceso desde el cual se recoge la cosecha y se elabora el vino no ha variado con el paso de las décadas.
Un ejemplo de la tecnificación del trabajo es la recogida de la uva conocida como vendimia. Viña Arnáiz cuenta con grandes cosechadoras que automáticamente seleccionan y recogen los frutos que se encuentran ya maduros dejando en los viñedos los que aún no están en su punto óptimo de maduración. Una vez recogida la uva, se analiza características como el peso, su riqueza en azúcares o su acidez y en todo momento es tratada con la mayor delicadeza. Después se realiza lo que se conoce como despalillado del raspón, que consiste en separar los granos de uva del esqueleto del racimo.
Cuando se obtiene el mosto, éste es encupado en depósitos de acero inoxidable para después llevar a cabo su fermentación alcohólica y maloláctica. Gracias a un sistema informático de última generación, los enólogos saben en todo momento las características técnicas del vino almacenado y su composición. El equipo de ingenieros de la entidad tiene entre manos un ambicioso plan para que en un futuro próximo este mismo sistema esté disponible para los propios clientes. El último paso es la crianza, mediante la cual el vino permanece en barricas de roble francés alojadas en la Nave de Crianza subterráneas de las bodegas. Estos enormes recipientes tienen una capacidad de 225 litros y el tiempo en el que el vino permanece dentro de la madera varía desde menos de 12 meses en el caso del joven, hasta los cinco años si se trata de un gran reserva.
Las barricas reposan sobre su propio peso –no una encima de la otra– en una enorme estructura que genera canales de ventilación para el mantenimiento de la temperatura idónea durante toda la crianza del vino. Además, se diseñó un sistema de iluminación de fibra óptica compuesto por más de 1.300 puntos de luz que no altera la temperatura y mantiene estable la humedad. Estos dos parámetros son cruciales en la Ribera del Duero, donde los meses de inviernos son muy fríos y los de verano altamente calurosos. No obstante, en España tenemos un clima y una geografía ideales para la cosecha del vino que nos diferencia de otros países donde las heladas son más severas para la uva.
El duro trabajo que se realiza le ha valido para conseguir importantes reconocimientos mundiales por la reinante calidad de sus productos. En lo que va de año, los vinos de García Carrión han logrado 140 medallas en prestigiosos concursos como Berliner Wein Trophy, Sakura o Mundial de Tempranillos, mostrándose imparables en su trayectoria de excelencia, ofreciendo vinos de alta calidad en un mercado cada vez más exigente.
La compañía también está muy decidida en su compromiso con la preservación del medio ambiente y en la búsqueda de una sociedad más justa. Por ello, en el año 1980 nació la Fundación García Carrión, cuyo objetivo es el de promover puestos de trabajo estables para las personas con discapacidad. La propia empresa ha adaptado sus propias naves para que estas personas puedan realizar su trabajo sin dificultades y estén totalmente integradas con el resto de empleados.
En los últimos años, el grupo García Carrión ha trabajado sin descanso para convertirse en una de las compañías pioneras en cuanto a sostenibilidad se refiere y ha innovado distintas técnicas para reducir lo máximo posible su huella de carbono. Y es que García Carrión y Don Simón son pioneras en el uso de energías renovables y en el tratamiento y conversión de los residuos que genera, algo notable en su Planta de Huelva, que tiene como meta pionera el “Objetivo 3 Ceros”: cero residuos, cero consumo de agua neto y cero emisiones contaminantes.
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