Y continúa el sainete

No he conocido en mi vida una persecución, acoso y derribo tan injusto como el que se ha perpetrado contra Cristina Cifuentes. En este país de políticos hipócritas, corruptos e ineficaces arremeten contra nuestra magnífica presidenta que, entre otras cosas, ha bajado las tasas de matrículas universitarias y el abono de transporte, junto a las ventajas fiscales de Madrid y otras muchas mejoras, por algo sin ninguna importancia (en mi opinión) en su brillante trayectoria. Un máster que se duda si terminó o no cuando acababan de nombrarla delegada del Gobierno. Quieren quitársela de en medio gente como Errejón, que pugna a candidato por la Comunidad de Madrid cuando disfrutó de una beca de investigación en la Universidad de Málaga en condiciones irregulares y cuyas clases nunca pisó. Él cobró por algo que nunca hizo, al menos Cifuentes pagaba por ese máster. Podemos mantuvo a Errejón como diputado en el Congreso y se archivó la causa penal. Que dimita Susana Díaz por el fraude masivo de 855 millones de euros en Andalucía o Pedro Sánchez por el escándalo de su tesis doctoral hecha a medida por Industria o que Ciudadanos expulse al número 4 de su lista al Congreso por ejercer la abogacía sin acabar la carrera, de la misma forma que esa panda de políticos catalanes corruptos del 3% que ni siquiera se han molestado en justificar.

Cifuentes no ha hecho ningún daño a la sociedad y ni siquiera, de momento, se ha comprobado si mintió con ese absurdo tema de un máster más o menos. Ella es licenciada en Derecho y técnico en Administración Pública y Dirección de Empresas. Si Cifuentes se va no será por lo que ha hecho sino por intereses electorales. Interesa quitársela de en medio con una moción de censura que estimula mucho a Podemos, viendo a los socialistas de rodillas ante sus deseos. El PP, mejor dicho, Rajoy, busca que Ciudadanos pacte con la izquierda para parar el éxodo de sus votantes al partido naranja. Si Cifuentes se va por un máster más o menos creo que la mitad de nuestros políticos tendrían que irse con ella. Se me olvidaba comentarles que en la Universidad Juan Carlos I, la cual sería en último caso la responsable de este enredo, venden a ciudadanos chinos, que no saben ni hablar español, másters a tutiplén. Gran negocio éste de los másters para engordar currículums.

Otro tema que me tiene sin vivir es el silencio y dejadez de este Gobierno ante la afrenta de tres jueces de un pequeño lander alemán que se están mofando, junto a la ministra de Justicia, del Tribunal Supremo de España. A nuestro gobierno no le debe parecer muy mal, ya que sistemáticamente Rajoy lo consiente sin inmutarse, de la misma forma que soportó ver cómo insultaban y acorralaban a nuestras fuerzas del orden en Cataluña. Creo que, después de lo visto, la Unión Europea sigue siendo un sueño cada vez más lejano. En Alemania la Constitucion impide que un lander se convierta en un estado independiente y si un partido político defendiera esta actitud sería inmediatamente ilegalizado. Sin embargo, un juez alemán decide en dos días que Puigdemont no puede ser juzgado en España por el delito de rebelión En mi opinión, el peor castigo para Puchi debe ser quedarse para siempre en las frías tierras del norte y para nosotros una alegría quitárnoslo de encima, aunque nos perderíamos el sainete continuo que nos ofrece.