Viajes
La verdadera revolución en los viajes, llegan los hoteles en movimiento
No hablamos de los clásicos cruceros o aviones con clase business, sino de una verdadera revolución.
No es lo mismo flotar que trasladarse sobre el agua. Quédate con un nombre, Underwater Room. ¿Quién no querría dormir con el océano como compañero de habitación? Es lo que proponen en Manta Resort, un lujoso hotel en la remota isla de Pemba en Tanzania. Además de habitaciones en tierra firme, aquí tienen esta propuesta que supera cualquier cosa que hayamos visto y entra directa en nuestra wishlist. Anclada al fondo del océano, han creado una estructura flotante con tres niveles: una terraza sobre la que tomar el sol y divisar las estrellas, un salón y baño sobre el agua y la habitación que se sumerge en un mar cristalino de mil y un tonos de azul, convirtiéndose en una suerte de submarino en el que dormirás entre peces de colores que bucean entre los corales. ¿Y sobre un lago? También es posible. Lo encontrarás en Brindos Lac & Château, una deliciosa propiedad en Anglet, una de las ciudades epicentro del País Vasco francés. A su fabuloso château de estilo andaluz, suman unos lodges que flotan sobre su lago privado, el tercero más grande de toda Francia. Solo se puede llegar a ellos en barca y prometen el aislamiento y relax absolutos. Inspirados en los nombres de las hadas que, según cuenta la leyenda, habitan en el lago, estas cabañas flotantes incluyen una terraza y algunas incluso una bañera nórdica. ¿Un plus? Dos de los lodges son cabinas de tratamiento en las que proporcionan su ritual Soin Signature Le Lac, tres horas de relajación con mœsica inspirada en El lago de los cisnes, con una exfoliaci—n corporal, un masaje con piedras preciosas y un facial. ¿Lo próximo de estas características? Un hotel en Dubai, el Kempinski Floating Palace, que tiene previsto abrir este año y está concebido como un edificio flotante, alrededor del cual habrá 12 lujosas villas en el mar.
En tren
Si hablamos de hoteles en movimiento, tenemos que hacerlo necesariamente sobre esos que se mueven sobre raíles. ¿Puede haber algo más romántico que el traqueteo de un viaje en tren? Y no a bordo del Ave, sino de auténticas maravillas como las creadas por Belmond, a bordo del legendario Venice Simplon-Orient-Express, el tren más famoso del mundo. Viajar en él se convierte en todo un arte, rodeado de madera pulida, terciopelo e interiores suntuosos que directamente nos transportan a otra época. A su dilatada oferta de trenes y destinos, suman nuevas suites con todo el charme de los años 20 y 30 y una nueva ruta de altura, desde París hasta los Alpes franceses. Y si con el anterior puedes recorrer parte de Europa, América del Sur o el Sudeste Asiático, con el siguiente lo harás por Sudáfrica. Con más de 30 años de historia, Rovos Rail propone viajes que varían desde 48 horas a 15 días con su ruta Trail of Two Oceans, partiendo desde Dar es Salaam, en Tanzania, hasta llegar a Lobito, en Angola. De estilo colonial y con capacidad para 72 pasajeros fue la creación de un fanático del ferrocarril, Rohan Voss que cumplió con él su sueño, recorrer África con su familia y hacerlo con el máximo lujo y confort.
En barco
Evrima. Así se llama nuestro nuevo objeto de deseo. Y no es otro que la nueva aventura en la que se ha embarcado –nunca mejor dicho– The Ritz-Carlton con su Yatch Collection. La primera inclusión de la firma hotelera en el mundo de los yates de lujo es ya una realidad. Este es el primero de tres yates de superlujo, una apuesta que combina el estilo de vida propio de la cadena, con la libertad relajada de unas vacaciones en yate. Y eso lo proporcionan sus 149 suites de gran tamaño, algunas convertidas en dúplex en alta mar, su piscina infinity, una barra de sushi y un spa con tratamientos de 111Skin y ESPA.
Y eso solo por citar algunos de los reclamos de Evrima. Con 190 metros de eslora y capacidad para cerca de 300 viajeros, este yate surcará los mares de distintos puntos del mundo, desde el Caribe a la Costa Azul, pasando por las Baleares o destinos accesibles gracias a su tamaño como St. Barts, Saint Tropez o la isla griega Mykonos. Y puedes hacerlo a bordo de un gran barco, pero ¿y si lo hacemos sobre uno de dimensiones más asumibles por la región de Champagne? Recientemente renovado, Coquelicot a Belmond Boat propone un viaje cinematográfico por esta fantástica región francesa, con una ruta entre Sillery y Épernay. El propio barco es un sueño, con tres camarotes repletos de glamour y una cubierta exterior en la que nos imaginamos disfrutando copa de champagne en mano. De hecho, se han aliado con la Maison Ruinart para ofrecer a sus huéspedes, además de champagne a gogó, un almuerzo elaborado por la chef residente de la maison, Valérie Radou en colaboración con el jefe de cocina a bordo.
En avión
Si hay cadenas hoteleras que se estrenan en el mundo de los cruceros, también las hay que proponen elevarnos hasta el cielo. ¿Cómo? En un avión. Cuando creíamos que no podían hacerlo mejor, desde el pasado 2015 Four Seasons dio un paso más en su camino a la excelencia. Ese año estrenaron su jet privado, el primero en la industria hotelera, con el que han transportado a cientos de huéspedes por todo el mundo. Ahora, elevan la experiencia con un Airbus A321LR neo que puede acoger a 48 viajeros. Diseñado a medida para la compañía hotelera, esta cabina, la más ancha y alta de su clase, cuenta con todas las comodidades de un viaje en primera clase, con asientos de cuero italiano que se convierten en cama. Hay más. Socializar en su área de bar mientras vuelas, disfrutar de un showcooking y hasta viajar con la tranquilidad de llevar un médico a bordo. Su idea es operar con este avión viajes de esos que son life-changing. ¿Los destinos? Un tour por las maravillas africanas, desde las pirámides de Giza al Serengeti o las cataratas Victoria o la posibilidad de convertirte en un explorador del mundo, pasando por la Isla de Pascua, la Gran Barrera de Coral o la ciudad perdida de Petra.
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