Pablo Zalba: «Algunos se empeñan en que Navarra sea territorio Mordor»

Corredor de fondo, dio el salto a la política para «trabajar por y para Navarra». En Europa, el eurodiputado del PP se mueve en la pista de la economía.

Madrugador, disciplinado y honesto. Viaja a contrarreloj con la mirada puesta en su Navarra natal. Hasta en dos ocasiones ha sido premiado como el eurodiputado del año por su trabajo en temas económicos y de comercio internacional. Practica el esquí y el running, prefiere la montaña; echa de menos en Bruselas «la tortilla de patatas» y confiesa que uno de sus sueños por cumplir es el de ser padre.

–¿Cómo es ser usted y qué ha aprendido de sí mismo?

–No me gusta definirme, me gusta más aprender de los demás. Un día me dieron un consejo, que tenemos una boca y dos orejas, por lo cual debemos escuchar el doble de lo que hablamos. Esto en política, si cabe, es más obligatorio.

–Practica uno de los deportes de moda. ¿Usted por qué corre?

–Me ayuda a desconectar, a pensar y a reflexionar. Los políticos deberíamos buscar momentos para reflexionar más.

–Si le preguntara a sus zapatillas de qué huye, ¿qué me dirían?

–De la maldad, de la envidia, de la mediocridad.

–¿Cómo son los Pablos del PP?

–¿Cuántos hay? Tenemos uno, Pablo Casado, que es un crack. Yo soy un soldado que intenta poner su granito de arena para que este partido, por el bien de España y de los españoles, siga gobernando España para que sigamos teniendo una esperanza de futuro.

–¿Los jóvenes se mojan más que los veteranos?

–Creo que estamos menos encorsetados puesto que la mayoría de nosotros no hemos pasado por puestos de responsabilidad. Pero no creo en los partidos que únicamente apuestan por un determinado perfil de político joven sin experiencia.

–España comienza una carrera contrarreloj. ¿Usted qué papel juega?

–El mismo que cualquiera de los 50 millones de españoles.

–¿En qué destacaba en el colegio?

–En inglés y matemáticas. Don Sabino, ya fallecido, recuerdo que enseñaba matemáticas en BUP y era muy duro. En inglés tuve una gran profesora que fue quien me inculcó mi pasión por la UE.

–¿Qué le parece el plan «B» que tenía Varoufakis para hackear el sistema?

-Que le importaba muy poco el bienestar de los griegos. El único objetivo que tenía que haber tenido era diseñar un ambicioso plan de reformas para que Grecia volviera a ser competitivo. Tenía legitimidad social para hacerlo, pero no quiso.

–¿Entramos en la era «Matrix» de la política?

–En absoluto, para hacer política se necesita disposición y buena fe, que es justo lo que no ha tenido el Gobierno griego.

–¿Existe aún el efecto contagio?

–Menos que hace algunos años, pero todavía existe. Y seguirá existiendo hasta que creemos los EE UU de Europa, que es a donde estamos destinados a llegar.

–¿Y a usted le han tenido que rescatar de algo alguna vez?

–Del mar de la Costa Brava, cuando era un niño.

–¿Los países miembros deberían perder algo más de soberanía o refundamos otra vez Europa?

–Necesitamos ceder soberanía, avanzar hacia una Europa federal, y en ese momento será cuando deje de existir el efecto contagio.

–¿Estamos ante la Europa de los muros?

–Estamos en una Europa en construcción y cuando un proyecto se encuentra en esa fase a veces se levantan muros, pero esa iniciativa debería desembocar en una Europa sin fronteras y sin muros.

–¿Qué proyecto le queda en su vida en construcción?

–Políticamente, seguir contribuyendo en la Eurocámara a la construcción de Europa y que el PP de Navarra se convierta en un partido de gobierno. Personalmente me lo guardo para mí.

–¿Europa ayuda a Grecia o a los bancos alemanes?

–Decir que se ayuda a los bancos es una falacia puesto que ya hubo una reestructuración de la deuda griega en manos del sector bancario.

–Los que en la UE se dedican a temas económicos, ¿tienen tiempo para sonreír?

–Sí, sobre todo si eres español porque quién nos iba a decir hace tan sólo dos años que España iba a encabezar el crecimiento y la creación de empleo de la eurozona.

–¿Ahora la política es de los jóvenes, los altos y los guapos?

–Es de cualquier ciudadanos que quiera trabajar por y para sus compatriotas. En los partidos tenemos que tener grandes comunicadores, fontaneros, estrategas, veteranos, gente con solvencia y experiencia. Los partidos los componen equipos, no personalismos.

–Usted impulsó que se quitaran las comisiones en las tarjetas de crédito. ¿Alguna medida más para el próximo curso?

–Ahora trabajaremos para que haya un fondo común de garantía de depósitos en el conjunto de la eurozona para que cualquier ciudadano, independientemente del país en el que viva y la situación en la que esté, tenga garantizado el dinero guardadio en el banco hasta 100.000 euros.

–¿Por qué se metió en política?

–Fue en un momento excepcional en el que creí que requería dar un paso adelante y trabajar por y para Navarra.

–¿Navarra ahora es territorio Mordor?

–Parece que algunos se empeñan en que así sea; en un momento en que tenemos que construir una Europa federal se empeñan en cerrar Navarra en sí misma o lo que es peor aún: encerrarla en una Euskal Herría inexistente desde el punto de vista histórico y social porque la mayoría de los navarros ni quieren ni desean una unión política con el País Vasco.

–¿En qué cuento estaba que el lobo cuidara de las ovejas...?

–Desgraciadamente está en la vida real. Es un despropósito para la mayoría de los navarros, y más para las víctimas del terrorismo y que Bildu esté en el Gobierno de Navarra y que dirija la Consejería de Interior. No hacía falta semejante provocación.

–¿Usted habla euskera?

–Pocas palabras. A mi edad prefiero invertir esos esfuerzos por ejemplo en aprender chino. Hoy en día pueden resultar de más utilidad. Dicho esto, ojalá mi abuela, que era euskoparlante me lo hubiera enseñado.

–¿Cómo recuerda la experiencia de integrar en su equipo a una persona con discapacidad?

–La mayor satisfacción que he tenido en política.

–¿Qué le piden?

–Ser uno más, que ya lo son.

–¿A los líderes europeos les gusta la chistorra?

– Al comisario de Energía (Arias Cañete) al que más.

–¿A dónde van Mas y sus comparsas?

–A repetir el camino a ninguna parte de Tsipras: prometer aquello que saben que no van a cumplir.

–¿Usted ha corrido algún encierro?

­–El encierro del rescate a España, que gracias a Rajoy llegamos sanos y salvos a la plaza sin pasar por la enfermería.

–¿Qué le dicen ahora en casa?

–Vuelve, a casa vuelve...

El lector

«Me gusta leer LA RAZÓN en papel, pero cuando estoy en Bruselas me tengo que conformar con leerla en el Ipad. Para mí, no hay mejor momento de la semana que un domingo desayunando leyendo el periódico. Me levanto muy pronto porque me gusta ir a correr y luego desayuno aunque los domingos puede variar. Lo que más me interesa es el suplemento económico que hace análisis con una visión global y certera tanto de empresa como de economía en general».