De cerveza: ¿adelgazar con alcohol?

Con esta dieta volvemos al paradigma de la termodinámica, donde se propone consumir esta bebida helada a diario presumiendo de que el consumo de medio litro a 0ºC y supondría un gasto diario de 18.500 calorías que el cuerpo emplearía en elevar esa cantidad a 37ºC (temperatura habitual del cuerpo). Es el único planteamiento que se presenta como solución efectiva para la pérdida de peso, puesto que no incluye otras recomendaciones dietéticas.

Lo bueno

Aunque es difícil destacar algo bueno de este tipo de estrategias, a quien le guste o disfrute tomando cerveza helada, puede encontrar un buen consuelo si además pretende perder peso, salvo que no consiga cumplir el objetivo marcado.

Lo malo

Uno de los principales errores que observamos en este esta dieta es olvidar que la cerveza es una bebida alcohólica, y como tal su consumo no es muy recomendable de modo habitual. Por lo que promocionar el consumo de cerveza como una alternativa fácil como solución a la pérdida de peso, sin centrarse en la implementación de hábitos saludables para reducir peso de calidad, para mejorar la calidad de vida y salud a largo plazo, no acaba de convencer. Además, algunos estudios sobre el cáncer aseguran que existen evidencias científicas relacionadas entre esta enfermedad y la ingesta de alcohol. También hay que tener en cuenta que unos 500 ml de cerveza aportan alrededor de 200 kilocalorías o lo que es igual, unas 200.000 calorías. Por lo tanto, aunque el cuerpo mediante la termogénesis gaste 18.500 calorías, el balance energético sigue siendo positivo. Es una dieta que no acaba de convencernos en absoluto.