Ciencia y Tecnología
Con la mochila a cuestas
El uso de tejidos inteligentes cambiará nuestra perspectiva de los viajes. El mercado crecerá mucho en los próximos años
El uso de tejidos inteligentes cambiará nuestra perspectiva de los viajes. El mercado crecerá mucho en los próximos años
De acuerdo con el estudio elaborado por «Científica Research», sobre tejidos inteligentes un mes atrás, este mercado crecerá un 132% en los próximos cinco años y representará un mercado de 70.000 millones de euros. Y las cifras son conservadoras teniendo en cuenta el número de avances que se están produciendo en el sector. Ya no se trata de medir las constantes vitales y enviar los datos a un dispositivo. La función de los tejidos inteligentes será mucho más proactiva. Un ejemplo es lo que ha sucedido esta semana en los Juegos Olímpicos, cuando el equipo de natación sincronizado de Ucrania comenzó su rutina con un bañador blanco y al finalizar el ejercicio, el traje de baño exhibía un intrincado patrón de figuras geométricas negras. La «magia» detrás de esto son los tejidos inteligentes. En particular uno que reacciona con el agua, concebido por una centro de I+D español: la Unidad de Impresión Funcional del Centro Tecnológico «Eurecar». Éste es sólo el primer paso para dotar a los tejidos de gran parte de las prestaciones de nuestros «gadgets» (muchas cazadoras de aventura ya tienen un GPS incorporado) y algunas que los dispositivos jamás podrán tener (aunque uno no deba decir nunca en tecnología). Otra firma española, Ternua, también está llamada a revolucionar el mercado, sobre todo el de las prendas ahora llamadas técnicas pero que pronto serán inteligentes. Ternua ha creado y ocho tejidos técnicos diferentes. Pero va a por más y tiene con qué. Los científicos españoles Carmen Álvarez-Lorenzo y Ángel Concheiro, de la Universidad de Santiago de Compostela, han editado un libro en el cual explican cómo crear y producir tejidos inteligentes, capaces de suministrar diferentes medicinas y fármacos. Esto, para la industria de la aventura, puede suponer un salto de calidad: insulina para diabéticos, antihistamínicos para reacciones alérgicas o analgésicos entre otras opciones. Todo esto implica que cualquier prenda podría convertirse en un botiquín médico de fácil acceso, peso casi nulo y disponibilidad instantánea.
Pero hay más cualidades que ofrecen los tejidos inteligentes. La misma propiedad que permite a los bañadores antes citados cambiar de colores, también podría actuar para «teñir» los tejidos en caso de emergencia, a tonos más llamativos, para ser vistos desde lejos o a otros con mayor capacidad de absorción solar, para mantener caliente a quien lo lleve.
La firma danesa Ohmatex ha desarrollado un tejido que no sólo mide la retención de líquidos para prevenir la formación de edemas, sino también actúa como compresor para evitar consecuencias más severas.
Con todo esto, ir a la montaña será, de verdad, un paseo.
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