La Milla: Mucho más que el espeto de sardina

No es un chiringuito cualquiera, qué va. Sí está en la playa, por supuesto, en la de Marbella, justo entre los hoteles Marbella Club y Puente Romano, pero aquí se viene a comer bien, muy bien. Fue hace ya tres años que Luis Miguel Menor y César Morales inauguraron este establecimiento en lo que llaman La Milla de Oro, y de ahí su nombre. La propuesta se basa en el marisco y el pescado, que el caprichoso mar aporta a diario, procedente siempre de las costas andaluzas (Cádiz, Tarifa, Málaga, Granada y Almería) y que llega a la mesa casi sin manipular. Cuenta con dos espacios, cada uno con su propia carta.

Entre los clásicos, muy demandada es la cazuela de mejillones al vapor con su caldo corto, tanto como las almejas de la bahía al ajillo con Vino de Jerez. No faltan las sopas frías, entre ellas, el gazpacho con salpicón de centollo y tartar de verduras con crujiente de pan, ni la fritura tradicional (calamares, boquerones, bogavante). E imprescindible resulta al carabinero cocinado al horno de carbón, sí, pero también los arroces y paellas, aunque a nosotros lo que nos obliga a volver son los espetos, un arte culinario que además de a las sardinas aplican a la lubina, a la dorada, al rodaballo y al calamar. Impresionantes.

El dulce final dejamos que lo ponga el coulant de chocolate caliente con fluido de frutos rojos y helado de chocolate blanco.

LO MEJOR

También proponen un menú infantil por 12, 95 euros

LO PEOR

No volver todos los días porque merece la pena