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¿Se usaba la máquina de vapor antes de Cristo?

¿Se usaba la máquina de vapor antes de Cristo?
¿Se usaba la máquina de vapor antes de Cristo?larazon

No, pero en Alejandrñia Herón diseñó el Aelópilo, un recipiente que, al calentar el agua y producirse vapor, éste era canalizado y hacía girar la esfera.

Cuando se ven con los ojos de un ciudadano occidental del siglo XXI los instrumentos diseñados por los ingenieros griegos del siglo II antes de Cristo, no es fácil evitar la tentación de observarlos con cierta ternura complaciente y pensar que se trataba de simples juegos, de divertimentos para pasar el rato. Pero el aelópilo y cualquiera de los ingenios surgieron de la mente de Herón de Alejandría eran en realidad el resultado de un esfuerzo y una capacidad intelectual impropios para la época. Al fin y al cabo, con sus mentes florecientes los hombres de la Alejandría precristiana no hicieron otra cosa que añadir pequeños ladrillos en el pavimento de la carretera hacia la sabiduría.

El aelópilo consistía en un recipiente lleno de agua que contenía una esfera. Al calentar el agua y producirse vapor, éste era canalizado por un sistema de tubos que hacía girar la esfera. Algunos modelos consistían en pequeños altares adornados con figuritas religiosas pegadas a la esfera. Una vez encendido, las figuritas se ponían a dar vueltas.

Es muy probable que Herón y sus compañeros en la Escuela de Alejandría tuvieran otras aplicaciones más elevadas en mente para su aelópilo, a parte de la simple ornamentación religiosa. Pero todos sus intentos por darle un uso más universal fueron infructuosos. La fuerza aprovechable del vapor bastaba para hacer girar a las figuritas, pero para mover un carro, por ejemplo, hubiera sido necesario conseguir varios miles de revoluciones por minuto más de las logradas.

Quizás sea exagerado proponer al aelópilo como primer antecesor de la máquina de vapor, entre otras cosas porque la ingeniería alejandrina se basaba principalmente en experiencias empíricas, en una gran capacidad de deducción técnica, y presentaba grandes carencias a nivel teórico. Pero es remarcable que el propio James Watt (el sí, padre de la revolución del vapor moderno en el siglo XVIII), se interesara por el invento de Herón, aunque solo fuera para confirmar su opinión de que era imposible construir una turbina a reacción según los principios del aelópilo.

Otras ideas de Herón tuvieron aplicaciones más sonadas. Diseñó una máquina tragaperras que expendía agua bendita mediante un sistema de poleas y válvulas, creó una «caja divina» con engranajes y ruedas dentadas que permitía hacer cantar y girarse a pajaritos de bronce, un cántaro que podía verter agua, vino o una mezcla de los dos según el orificio que se tapase con un dedo, varios engranajes de tornillos para amplificar fuerzas y una «caja tronadora» en la que, si se depositaba una piedra, ésta bajaba por diferentes placas de cobre de grosor y rigidez variables causando un gigantesco y lúdico estruendo. Aquel hombre, de cuya fecha de nacimiento no sabemos nada con exactitud, era un auténtico visionario. Aunque su biografía sigue siendo un pequeño misterio. Puede que viniera al mundo en la misma Alejandría o puede que, como sostienen otros historiadores, fuera hijo de la villa de Ascra (en la Grecia continental). En cuanto a la fecha de tal acontecimiento, las fuentes apuntan posibilidades tan dispares como que pudo vivir a finales del siglo II antes de Cristo y ser contemporáneo de Ptolomeo VII (145 -116 a. de C) o bien en torno al 250 después de Cristo. Incluso cabe la posibilidad de que las obras que nos han llegado hasta hoy bajo la firma de Herón de Alejandría sean, en realidad, productos de varios autores. Nos quedaremos con su legado.

¿QUIÉN FUE EL PRIMER HUMANO QUE SALTÓ EN PARACAÍDAS?

El primer salto de paracaídas de la historia no fue desde un avión y ni siquiera utilizó paracaídas. El piloto de globos aerostáticos André Jacques Garnerin, en el año 1797, saltó desde una altura de cientos de metros y vivió para contarlo. Evidentemente, no existían entonces los paracaídas tal y como hoy los conocemos. Aquel salto no terminó en una tragedia porque Garnerin llevaba una suerte de paraguas que ralentizaba la bajada al suelo. Con el tiempo, el aventurero fue perfeccionando el invento y terminó haciéndose célebre por usarlo en variopintos espectáculos para disfrute del público de comienzos del siglo XIX.

¿CUÁNTOS TIPOS DE NUBES HAN SIDO CLASIFICADAS EN EL CIELO?

Según la clasificación del Atlas Internacional de las Nubes, hay diez géneros que engloban todas las que se pueden observar en la Tierra. Los géneros, a su vez, pueden dividirse en otras quince subclasificaciones, llamadas especies, que indican detalles cómo es la forma de la nubosidad o cómo se origina. Algunos géneros pueden acoger varias especies, mientras que otros no tienen nada que ver con ninguna. Según este esquema hay 31 especies distintas de nube que podemos observar si elevamos la vista al cielo.