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Macarena Gómez: “No sé cantar, pero sé defensa personal, lucha con armas y soy paracaidista titulada”
Macarena Gómez es una de las actrices españolas más poliédricas del momento.
Macarena Gómez (Córdoba, 1978) es una de las actrices españolas más poliédricas del momento. De la comedia puede pasar al thriller psicológico y al drama con su arrebatadora mirada.
Aunque el personaje de Lola Trujillo en la serie de televisión ‘La que se avecina’ seguirá en antena una temporada más, Macarena Gómez atraviesa un otoño lleno de proyectos cinematográficas bajo las órdenes de Álex de la Iglesia y José Luis Garci, entre otras iniciativas que implican riesgo y aventura, dos características que van en sintonía con la camaleónica actriz cordobesa. Desgranamos lo más novedoso...
Vuelves a trabajar bajo las órdenes de Álex de la Iglesia. ¿Hasta dónde puedes contar de ‘30 Monedas’? Me encantaría poderte adelantar información, pero aún no puedo contarte nada, HBO nos sella los labios. Solo puedo decir que ha sido una experiencia enriquecedora y que estoy muy contenta con la serie. Me lo he pasado muy bien y estoy encantada con mis compañeros de reparto y de volver a trabajar con Álex. Tengo muchas ganas de ver el resultado final.
¿Y del reencuentro con José Luis Garci? Hace unas semanas se estrenó ‘El Crack Cero’. ¿Qué desafío ha representado volver a trabajar bajo su batuta? Me gusta mucho trabajar con Garci. Precisamente su manera de trabajar no tiene nada que ver con De la Iglesia.
Dicen que las comparaciones son odiosas. En este caso, no, porque me gustan las dos maneras de trabajar. Álex tiene un ritmo muy frenético a la hora de rodar y Garci es todo lo contrario, porque le gustan mucho los planos largos, tiene un ritmo muy lento, se basa mucho en los diálogos, los planos y los contraplanos.... Los dos son unos fuera de serie, pero tienen estilos opuestos. Mi gran suerte es que en mi carrera profesional he podido trabajar con directores que me han ofrecido registros muy dispares: desde la comedia más alocada al cine de autor. Y esto es lo que me estimula más como actriz, porque yo elegí esta carrera para aprender y para divertirme.
¿Te sientes más cómoda en la comedia o en el drama? Más que el registro, para mí el gran desafío ha sido defender cada papel que me han ofrecido. Es verdad que siempre he interpretado un tipo de personajes que no son convencionales y a veces me hubiera gustado interpretar personajes con menos carácter o excentricidad. Por eso, cuando me han dado un papel que se sale de lo convencional, me he alegrado, porque creo que es un motivo de confianza que el director me da y un aliciente extra para defenderlo.
Persona y papel quizás coincidan... Yo no soy nada excéntrica, para nada. Es quizás un escudo que a veces nos ponemos los actores para enfrentarnos a los medios de comunicación. También creo que en la vida todos adoptamos una especie de rol para defendernos de quienes no nos conocen o no queremos que conozcan cómo somos realmente. Una especie de protección. Lo que sí que me pasa es que a mis personajes siempre les doy un punto de perturbados o con alguna psicopatía. Es algo natural e instintivo que me sale cuando me preparo el papel.
Debe de ser tu marca personal, tu identidad. Cuando actúo utilizo mucho la mirada penetrante y sé que tiene ese punto de intimatorio y desconcertante, porque la gente no sabe lo que pienso. Como la utilizo tanto, al final he creado con la mirada una marca de identidad que, a su vez, da ese punto de rareza a mis personajes.
En la vida real, ¿también te funciona la mirada? Sí, la verdad es que sí, toda mi vida ha sido mi punto fuerte. Por ejemplo, cuando he posado para hacerme estas fotos, lo he hecho con la mirada. Es mi foco de atención.
¿De qué papel estás más orgullosa y por qué? Sin duda alguna, del primero que hice en ‘Padre Coraje’, de Benito Zambrano, y ‘Musarañas’ ,de Esteban Roel y Juan Fernando Andrés. Son dos trabajos que han marcado mi carrera profesional. Y el más difícil que he tenido que interpretar fue en la película ‘Del lado del verano’, de Antonia San Juan, ya que el papel estaba marcado por muchísimas sutilezas interpretativas.
Tras 12 años en antena, ¿qué te está aportando el papel de Lola Trujillo en ‘La que se avecina’? La verdad es que me ha aportado mucho. La serie es muy popular y me ha ayudado a posicionarme dentro del panorama. En este sentido, siempre le estaré agradecida. Además, estaré en el rodaje de la nueva temporada. Aunque no te lo creas, de Lola también he aprendido mucho, porque es un personaje que transita por muchos registros: bebe de la comedia, pero tiene una vena dramática y registra muchas emociones contrapuestas.
¿Qué le faltaría explorar a este personaje? Personalmente, me encantaría que se volviera a enamorar de otra persona. En la última temporada, mi compañero de reparto, Antonio Pagudo, deja la serie y entonces ahora lo que le falta a Lola es volver a encontrar el amor.
¿La interpretación siempre se da por hecha?¿Te sales del guion? No acostumbro a salirme del guion por respeto a los guionistas. Soy fiel al texto que me escriben, porque ellos saben lo que quieren expresar. En alguna ocasión me he tomado ciertas licencias, pero estaban consensuadas previamente con el equipo.
¿Qué te aporta la televisión que no te puede aportar el cine, y al revés? Si me das a elegir, siempre he sido más amante del cine que de la televisión, porque en el cine se crea una magia que no se crea en la televisión.
¿Por qué decidiste ser actriz? No hay antecedentes en tu familia dedicados al mundo de la interpretación. Cierto. De pequeña mis padres me apuntaron a ballet clásico y fue bailando cuando me di cuenta de que me gustaba mucho estar en el escenario. Poco a poco, fui descubriendo que a través de la música era capaz de expresar emociones. Algo que va mucho más allá del puro baile.
Si no hubieras sido actriz, ¿te habríamos visto pasando consulta como tus padres? ¿Pues sabes que hay muchos actores que han sido médicos? -se ríe-. De pequeña era muy estudiosa, muy disciplinada, y por eso se pensaron que también me gustaría ser médico, como ellos, o estudiar una carrera más convencional, pero me dediqué a algo totalmente opuesto. Tuve la suerte de contar con su apoyo, porque me decían que era lo suficientemente sensata como para averiguar si podía vivir de la interpretación o no. Ahora, siempre que puedo, meto a mi padre en los rodajes y le encanta.
¿Cuáles son tus extras? Te empezaré a decir lo que se me da mal: cantar, pero la anécdota viene cuando en un casting me cogieron por lo mal que cantaba. Como habilidades sé montar a caballo, me gusta mucho la defensa personal, la lucha con distintas armas, soy paracaidista titulada y también buceadora.
Te gusta el riesgo, vamos. Supongo. Rodando con Álex de la Iglesia me dijo que, para las escenas más peligrosas, disponía de una doble y yo le dije que no, que precisamente eso lo hago siempre yo. Con mi marido también compartimos la afición por el paracaidismo y la del buceo. De hecho, hace unas semanas hemos estrenado en Zaragoza el primer simulador de caída libre.
Ah, ¿sí? Cuéntame más detalles de esta aventura empresarial. Es una atracción deportiva que se llama Terminal Zero y consiste en un túnel de viento que simula que estás volando. Creo que hemos creado una nueva experiencia alrededor de la sensación que da volar. Con terminal Zero, la gente que nunca ha experimentado el paracaidismo, ahora puede hacerlo a muchos metros menos de altura.
Sobre tu personalidad digital, ¿qué dice Instagram de ti? ¡Buena pregunta! La gente de mi entorno me dice que tengo que cuidar algo más las fotos que cuelgo, pero yo les digo que me da igual, porque no vendo la imagen de chica perfecta. Es evidente que utilizo Instagram para promocionar mi trabajo, pero quiero que me vean como una chica normal con mis defectos. Así que puedo colgar tanto una foto promocional de una película como otra con mis animales en el campo... ¡y tan pancha!. De hecho, pongo un poco lo que me da la gana y las redes las llevo yo misma.
10 básicos
1. No falta en tu armario... Blazers
2. El perfume al que siempre vuelves... ¡Uy! Soy muy infiel en perfumes
3. No falta en tu bolsillo... Tarjetero, gafas de sol y pintalabios
4. Una sencilla técnica de relajación... Sonreír
5. Un accesorio imprescindible... El cargador del iPhone
6.En coche, confort o deportividad... Deportividad
7. Un paraíso para perderse... El Ampurdán
8. Tu plato con estrella Michelin... Jamón de jabugo
9. Qué bebes en tu momento cóctel... Champagne
10. Analógico o digital... Analógico, la tecnología me crea ansiedad
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Producción: pequeñas GRANDES cosas
Fotografía: Guille Sola
Maquillaje: Vicky Marcos (TEN Agency) para Aku Cosmetics y Ghd.
Estilismo: Ana Capel
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