Moda

Leandro Cano: «Hay algo de Lorca en mí»

Gracias a su recuperación de las técnicas artesanales, el diseñador andaluz suma el premio Who’s On Next de «Vogue», sobre el que hoy se estrena un documental, a su colección de reconocimientos

Una modelo en el desfile de la tercera colección de su firma, Luke Leandro Cano, llamada "Amarás la noche"
Una modelo en el desfile de la tercera colección de su firma, Luke Leandro Cano, llamada "Amarás la noche"larazon

Gracias a su recuperación de las técnicas artesanales, el diseñador andaluz suma el premio Who’s On Next de «Vogue», sobre el que hoy se estrena un documental, a su colección de reconocimientos

Leandro Cano lleva tatuado en el antebrazo derecho el nombre de su fallecida abuela, Carmen, con la tipografía de su marca de ropa. Y es que una y otra son casi inseparables. El diseñador suma el prestigioso premio Who’s On Next de la revista «Vogue» a su lista de reconocimientos, sobre el que Conde Nast produjo un documental de dos episodios que se estrena hoy a las 21:00 en Movistar Xtra. Cano cuenta que su relación con su abuela era tan estrecha que le dedicó una colección. «Ella siempre había querido tener un mantón de manila, pero nunca lo tuvo. Me enteré una vez muerta y le hice ese pequeño tributo». Con tres piezas de esa colección representó a España en el International WoolMark Prize, en Milán. Desfiló también en Berlín en 2013 y ganó el premio Designer for Tomorrow, que le permitió trabajar durante un año junto a Marc Jacobs. Aunque tiene su taller en Madrid, todas sus colecciones han nacido en Ventas del Carrizal, un pueblo de la sierra de Jaén, donde nació: «Las diseñé en casa de mi madre. Tenemos un ritual: ella me prepara la habitación, en la que hay mucha luz y donde tengo a mano mis libros de Arte e Historia y mis lápices y bolis», explica.

–¿Cómo recibió la noticia de que era el ganador de Who’s On Next?

–No me lo esperaba. Aunque era la segunda vez que estábamos nominados, yo oía voces por ahí y no oía mi nombre. Ese mismo día, en el acto, una amiga me dijo que había escuchado que no era el ganador. Me quedé con aquello en la cabeza y pensé: «Pues, nada». De pronto dijeron mi nombre y no me lo podía creer. Y todavía no me lo creo. Estuve con Eugenia de la Torriente (directora de «Vogue» España) unos días después y le dije: «Sueño todavía que es mentira, que me voy a despertar y me vais a decir que no soy yo el ganador».

–¿Qué implica para su futuro profesional?

–Mi equipo y yo estábamos en uno de nuestros momentos más débiles: el local donde estábamos lo vendieron y una persona que era mi mano derecha se tuvo que ir. Estaba pendiendo de un hilo, nunca mejor dicho. Así que la parte económica nos viene muy bien, pero, sobre todo, la gratificación personal y el reconocimiento. Ha sido como un chute de alegría. Este mundo es muy difícil, estamos siempre subiendo y bajando como montañas rusas y que te den un reconocimiento así es bastante significativo. Sobre todo cuando es en tu país, porque nosotros hemos tenido más éxito fuera, pero en España no se entendía bien el producto. Y ahora, por fin, parece que sí.

–Al recibirlo, agradeció a las mujeres de su familia, ¿quienes son y qué significan para usted?

–Son mi madre, mi abuela, mi hermana y mi sobrina. Soy muy de ellas, me aportan muchísimo. Me considero feminista: me encantan las mujeres, son la base de mi trabajo, ellas me han apoyado desde el principio. Tengo un «feeling» especial con ellas. No soy feminista porque se lleve ahora en el mundo de la moda, sino porque siempre lo he sido. He vivido bajo el manto de las mujeres, son las que me han protegido. Trabajo con una asociación de personas mayores en mi pueblo que son las que se encargan de hacer las técnicas artesanales de mis diseños. Son todas mujeres mayores amigas de mi abuela.

–La técnica impecable y la artesanía son, de hecho, dos de las características más destacadas de su trabajo...

–Sí, hay algo que dijo Albert Elbaz (diseñador y presidente del jurado de Who’s On Next) en una entrevista: que yo podría ser un millenial, un poco más egocentrista y todo eso que se lleva ahora, pero que soy todo lo contrario porque intento recuperar las técnicas artesanales y la fuerza de nuestro pasado, que cada vez tiene más valor. Creo mucho en mi tierra y mis raíces, el lugar de donde vengo. A la hora de crear, claro, le doy una vuelta para sacarlo de la comodidad.

–¿Qué más se lleva de la experiencia de conocer a Elbaz?, ¿y de su tiempo con Marc Jacobs?

–Ambos me decían lo mismo: «No tengas miedo, disfruta de lo que haces». Diviértete, ése es mi lema, porque creo que así las cosas salen mejor. Con Marc Jacobs aprendí muchas cosas, sobre todo a liderar. Entendí que estoy preparado para ser el creativo de una marca.

–¿Tenían buena relación?, ¿mantienen el contacto?

–Sí, diseñé con él tres colecciones. Estuvimos nueve meses en Nueva York y tres en París. Todavía nos escribimos por correo. Cuando vino a España lo llevé a conocer mi Andalucía.

–Hablaba del feminismo en la moda. Está también de actualidad el debate sobre el papel de los diseñadores en relación a la política, como si deben vestir o no a ciertas personas, como Melania Trump. ¿Tendría la moda que entrar en política?

–Creo que no. La moda es mucho más libre. Melania Trump es como cualquier otra persona –aunque no estoy de acuerdo con las políticas de su esposo–, pero no creo que debamos cortarle de ese modo. Al final, además, es publicidad. Más allá de lo político, la ropa tiene que hablar por sí sola, que se note el trabajo que hay detrás, si no, no vale la pena. Veo la moda muy ligada al arte, buscamos transmitir información y deseo.

–Como decía, vestir a ciertas personas sirve como publicidad. ¿Qué personaje público español le haría ilusión que llevara sus diseños?

–La Reina. Me encantaría porque tiene una elegancia, un saber estar... También Natalia de Molina y Elena Anaya. Me encantan las actrices, siento afición por ellas y lo camaleónicas que son. Pero, por qué no una Soledad Lorenzo o una «top» como Judit Mascó. Aunque a las que me encanta vestir es a mi familia y mis clientas, ellas son las más «top».

–Sus tres colecciones han sido una misma historia que se ha contando de temporada en temporada. ¿De dónde viene esa influencia de la literatura y la poesía?

–Te va a parecer una tontería, pero yo creo que hay algo de Lorca en mí. Esa pena, ese sacar todo lo que tienes dentro. Y ya no solo me influye la poesía, sino más aún la música. Conozco mucho de la poesía de Lorca por canciones. Me encantan Rocío Jurado, Miguel Poveda, Estrella Morente y Rosalía, por ejemplo. El flamenco es mi mundo.