Sevilla
28A: entre el «efecto Vox» y su reacción
La región vuelve a las urnas a los 5 meses del vuelco electoral y de la confirmación de dos frentes igualados
La región vuelve a las urnas a los 5 meses del vuelco electoral y de la confirmación de dos frentes igualados
La participación –que en Andalucía nunca bajó del 68% ni superó el 78%– será clave, cinco meses después del vuelco en la Junta de Andalucía y con la comunidad como escenario clave por su peso político y demográfico. El Casino de la Exposición de Sevilla, epicentro de históricos recuentos como el del referéndum por la autonomía, acoge este fin de semana el XI Encuentro Nacional de Encajeras de Bolillos. Todos los sondeos señalan que para aclarar el panorama electoral, con dos frentes claros pero un resultado muy incierto, harán falta más que encajes de bolillos. En la que se llegó a denominar como «la novena provincia andaluza», en Cataluña, el gran reclamo de Cs para las elecciones nacionales, la jerezana de cuna Inés Arrimadas, pasó la jornada de reflexión vestida de flamenca en la Feria de Abril de Barcelona. Cataluña es precisamente el principal eje de campaña y Andalucía, el último precedente. La Junta no es ajena a los designios electorales. Más aún, viene siendo lo que Guernica a la Gran Guerra mundial. Un laboratorio, un anticipo meridional de posibles pactos y contiendas por venir. El 28A confluye en las Cincos Llagas y San Telmo.
Como Picasso respondiendo a sus críticos –«Yo hago lo imposible, porque lo posible lo hace cualquiera»–, Susana Díaz vino a prometer antes de la jornada de reflexión –que pasó en la romería de la Virgen de la Cabeza, en Jaén– 1,5 millones de votantes en Andalucía para Pedro Sánchez y doblar en escaños al PP. Los comicios vienen marcados, además de por Cataluña, por un producto en forma de partido, en parte, a la crisis soberanista: Vox, que alcanzó 400.000 votos en las elecciones andaluzas y al que diversas fuentes del PSOE-A no dan menos de 40 diputados. Las gargantas profundas por parte del PP apuntan a hasta 50. El «efecto Vox» se palpa en el ambiente. Su contraefecto, el que ha utilizado Pedro Sánchez en campaña mostrando hasta documentos falsos con los que acusó a la Junta de atenerse a las peticiones del partido de Abascal de dar información protegida por la Ley de Protección de Datos sobre los trabajadores de violencia de género, está aún por medir. ¿Qué pesa más: el «efecto Vox» o el miedo a Vox?
Susana Díaz ha hecho una campaña más intensa que la suya propia para las andaluzas. Del éxito del PSOE en Andalucía dependerá que pueda reaparecer como triunfadora y/o abanderada socialista. Fuentes socialistas dan por seguro que «el voto de la taberna es de Vox», al que ven muy fuerte, como demostró llenando escenarios como el Palacio de Congresos de Granada en plena Semana Santa o el lleno que también cosechó en Fibes esta misma semana. Los socialistas no descartan hasta que Vox logre escaño en Ceuta. Un Gobierno, según fuentes socialistas, sólo sería posible si Pedro Sánchez logra más de 130 de los 350 diputados en liza. Si se queda en los 120 que barajan las encuestas, desde Andalucía no lo ven posible. Otro escenario factible es que Ferraz tire al monte.
Los sondeos para Andalucía apuntan a una caída libre y una subida equivalente en los dos partidos históricos, confirmando el retroceso del PP respecto a las últimas elecciones generales, celebradas en junio de 2016, con un descenso de casi diez puntos. En siete provincias perdería representación, un escaño en cada una excepto en Sevilla, donde se dejaría dos –pasando de 5 a 3–. Jaén es la única donde los populares mantendrían los apoyos. El PSOE se beneficiaría de la fragmentación de la derecha, ya que muchos de los votos que cosecharía Vox –que crece entre 5 y 9 puntos, según la provincia– no le servirían para conseguir escaño. Cs continuaría, según los sondeos publicados, el ascenso que corroboró en las andaluzas de diciembre y se colocaría como tercera fuerza en Andalucía con diez diputados –tiene siete–, por delante de Unidas Podemos (UP), la otra gran perjudicada junto al PP. Fuentes socialistas, no obstante, apuntan a un varapalo para el partido de Rivera, cuya estrategia de campaña critican claramente; y en el PP hablan de estancamiento de su socio en Andalucía, confiando en que su electorado se mantengan fiel, dando por seguro un gran crecimiento de Vox y con la esperanza de poder reeditar con los primeros la estampa andaluza a escala nacional propia del cuadro del Matrimonio Arnolfini. Los andaluces están llamados a votar en una jornada que se prevé calurosa, por encima de los 25 grados, y con Levante en algunas zonas. A las urnas están citados 6,5 millones de personas en la región. El censo para las generales presenta mayoría femenina, con cerca de 163.500 mujeres más. Aproximadamente 246.000 andaluces residentes en 162 países de los cinco continentes votarán. Cerca de 235.000 andaluces votarán por primera vez. Andalucía dispone de más de 78 millones de papeletas impresas, casi 11 millones más que en 2016. Más de 19.100 agentes velarán por la seguridad durante la jornada electoral en la comunidad. El primer presidente republicano de EE UU, Abraham Lincoln, sostenía: «Si dispusiera de seis horas para cortar un árbol, pasaría cuatro afilando el hacha». Con estas generales, se han celebrado 48 procesos electorales en Andalucía desde la Transición, un tiempo al que remiten todos los resultados. Los andaluces eligen a 61 diputados y 32 senadores. Los grupos políticos andaluces velan armas para el 28A.
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