Aeropuertos

51 kilómetros, dos aeropuertos

El del Castellón no es el único aeródromo controvertido / Foto: Efe
El del Castellón no es el único aeródromo controvertido / Foto: Efelarazon

La localidad de Ossun, en el departamento de los Altos Pirineos, dista 51 kilómetros de la de Uzein, en el vecino departamento de los Pirineos Atlánticos: menos de media hora por la fabulosa autopista A-64. El dato puede dejar frío al lector antes de que se añada que en ambos términos municipales hay un aeropuerto internacional, el primero para atender a la ciudad universitaria de Pau y el segundo para acarrear peregrinos al santuario de Lourdes. ¿Qué significa esto? Que en la España de los mil aeródromos, en los que cada alcalde pedáneo quería conexión de avión directa con Nueva York, ocurrían cosas tremendas pero que nuestros vecinos transpirenaicos no nos van a la zaga en ineficiencia de las infraestructuras. A pesar de la firme apuesta por la austeridad de Emmanuel Macron y de que Francia es el país centralista por antonomasia, inventor no en vano del jacobinismo, la cartesiana République no ha logrado que dos comarcas aledañas y escasamente pobladas se pongan de acuerdo para compartir una instalación tan cara, cuando ninguno de los dos aeropuertos excede de la veintena de vuelos diarios ni durante el puente más mariano del año, con miles de fieles de toda la Cristiandad que vienen a venerar a la Virgen. Porque, por laico que se proclame, un inquilino del Elíseo siempre será el gobernante de la nación nombrada «fille aînée» (hija primogénita) de la Iglesia Católica. Y porque por muy liberal que sea, este presidente no dejará sin aeropuerto el feudo de François Bayrou, cacique bearnés que brindó a su movimiento En Marche la primera estructura partidaria digna de tal nombre. Quiero decir con esto que hacemos bien en escandalizarnos con las mangancias de nuestros políticos (Castellón, Huesca, León, Gerona, Ciudad Real...), pero que no nos flagelemos: en todas partes cuecen habas.