Primarias en el PSOE

Calentarse como sea

La Razón
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Frente al genérico y desapegado «esos señores» que utilizó Pedro Sánchez mientras los ex presidentes de su partido levantaban testimonio de su amnesia en sede judicial, Susana Díaz sí ha mencionado explícitamente a sus dos antecesores en San Telmo (iba a escribir «padrinos», pero la palabra no habría resultado amable ni apellidada «políticos»): Manuel Chaves y José Antonio Griñán «son dos personas honestas que no han merecido todo esto. (...) Hay quien tendrá que pagar y hay quien verá restituido su honor». Así hablaba la lideresa ayer en RNE, para confirmar que la foto feriante con su íntimo enemigo era un paripé y que la tensión interna no se ha rebajado un ápice. Incumple de este modo un mandamiento esencial del político, quizá en imitación de su mentor primigenio y paisano, Felipe González, quien puso la mano en el fuego –esas palabras pronunció en su día– por Mariano Rubio y terminó chamuscado en las legislativas de 1996. No hay horizonte electoral inmediato, o tal vez sí, para Díaz pero nunca sobra la prudencia cuando se comenta un asunto sub iudice. ¿Habrá antepuesto su inquina a Sánchez a los intereses del PSOE? No es creíble la matrona trianera en el papel de viuda hindú, atada a la pira de su difunto, de modo que alguna artería habremos de buscarle a estas declaraciones. O puede que no sean más que las chinitas reglamentarias que se lanzan a distancia los duelistas, un simple ejercicio gimnástico para mantener viva la llama de la discordia, que también sirve para calentarse durante el invierno. En política, sólo los muertos no hacen ruido y quizás la única prueba de vida de la socialdemocracia española (interesantes declaraciones de Manuel Valls al respecto) sea esta pelea de gallitos que sostienen el secretario general menguado con la secretaria generala fallida.