Junta de Andalucía

El 4-D y el materialismo (histórico)

La Razón
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El fracaso del socialismo real, ahora que Rusia y China son las dos naciones más salvajemente liberales del orbe, no ha conllevado el fin del marxismo, ni mucho menos, ya que éste sigue vigente en algunas de sus premisas e incluso se atrevería uno a afirmar que lo está más que nunca. Guiorgui Plejanov, exégeta de Marx y enunciador del materialismo histórico, extrajo del prólogo del ensayo «Una contribución a la crítica de la economía política» la siguiente afirmación: «El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general». Y a partir de ahí, elevó a la ciencia económica a la categoría de gran motor de la Historia, probablemente sin estar del todo desencaminado. En medio del puente de la Purísima Constitución, acueducto que es más bien una pasarela hasta la Navidad, las tesis consumistas casi coinciden con las comunistas, en significativa paronomasia, en cuanto que resulta que la izquierda andaluza vira hacia la implantación de un nuevo festivo que engordará la cuenta de resultados de los comerciantes, ese sector pequeñoburgués por antonomasia. Porque, en efecto, la sacralización laica del 4 de diciembre culminará a no mucho tardar con su proclamación festiva y convertirá a Andalucía, durante la primera semana del último mes del año, en una orgiástica meca de la transacción. Deben ser éstos, en fin, algunos de los renglones torcidos de Dios: la blanquiverde estrellada enarbolada por Cañamero y Teresa Rodríguez para reivindicar más beneficios para El Corte Inglés. Pero lo mollar del debate es la exigencia a la Archidiócesis de Sevilla de que incluya a niñas entre Los Seises que mañana bailarán en la inminente octava de la Inmaculada. Ahí es donde se juega la dignidad de los andaluces.