Exposición

El tapiz de Pannemaker regresa al Palacio de Las Dueñas

«Mercurio enamorado de Herse» está considerado uno de los diez mejores del mundo

El gerente del Palacio de Las Dueñas explica a los periodistas la composición del tapiz
El gerente del Palacio de Las Dueñas explica a los periodistas la composición del tapizlarazon

El Palacio de Las Dueñas ha recibido el tapiz «Mercurio enamorado de Herse», de William Pannemaker, del siglo XVI, considerado por los expertos uno de los diez mejores del mundo, después de ser exhibido, junto a otras 134 obras de la Casa de Alba, en museos de Dallas y Nashville, en Estados Unidos.

Además del tapiz, ha vuelto a ser colocado en su sitio del palacio sevillano un cuadro de José de Rivera titulado «La coronación de espinas», de 1620.

Se trata de las dos obras del enclave hispalense que fueron seleccionadas para la exposición junto a otras 133 que se conservan en los palacios de la familia Alba en Madrid y Salamanca.

Desde la apertura al público en marzo, ya han pasado por Dueñas unos 40.000 visitantes, según el gerente de la empresa que gestiona estas visitas, Ricardo Gascó, quien aseguró que el palacio aspira a ser de los cinco monumentos más visitados de la ciudad y que las dos obras de arte que han vuelto deben ayudar a lograrlo.

«Mercurio enamorado de Herse» es el primero de una serie de ocho tapices que pertenecieron al Duque de Lerma, primero, y a la Casa de Medinaceli, después, y por razón de herencia pasó a propiedad de la Casa de Alba, según ha explicado Álvaro Romero, historiador de la Fundación Casa de Alba. El tapiz, que mide 7,28 por 4,44 metros y que fue colocado en su sitio por media docena de operarios especializados, con la ayuda de un andamio móvil, es de 1570 y está hecho, además de con lana y seda, con hilos de plata y oro. Se trata de una obra de madurez de Pannemaker, por lo que sólo pudo ser un encargo de una casa muy adinerada –el emperador Carlos V encargó varias obras a este tapicero–.

El Museo del Prado, que conserva dos de los ocho tapices de la serie, llegó a mostrar la serie completa en una exposición. «Mercurio enamorado de Herse» muestra a Mercurio sobrevolando Ática y divisando a un grupo de doncellas, las tres hijas del rey, de una de las cuales, Herse, se enamora.

El tema mitológico no impide que en la cenefa del tapiz, de unos 60 centímetros de ancho, se reproduzcan escenas de la tradición cristiana, como el martirio de San Esteban.

Según Álvaro Romero, es una obra «típica del Renacimiento flamenco», que ha vuelto a ser ubicada en el denominado Salón de la Gitana, el mayor de la planta baja del palacio, que enfrenta el patio principal, empleado por los Alba para el protocolo y así denominado por estar presidido por una gitana de Mariano Benlliure ataviada de bata de cola, cuyos minuciosos encajes están reproducidos en bronce.

«La coronación de espinas» fue adquirido por el décimo cuarto duque de Alba en 1816 y fue pintado por Rivera en su periodo napolitano, cuando estuvo al servicio del Duque de Osuna, entonces Virrey de Nápoles. El lienzo de tamaño grande representa a un Cristo naturalista e imperfecta anatomía, de estilo tenebrista, al que torturan dos verdugos de aire grotesco.