Asuntos sociales
«En la Administración te cierran mucho las puertas»
Una madre con dos hijos, sin empleo ni prestaciones sociales, pone voz al 43,2% de andaluces que se encuentran en riesgo de exclusión.
Una madre con dos hijos, sin empleo ni prestaciones sociales, pone voz al 43,2% de andaluces que se encuentran en riesgo de exclusión.
31 años, casada, dos hijos de 9 y 4 años y vive en casa de sus padres con su prole. Es malagueña, del barrio de La Palma, y su caso engrosa ese 43,2 por ciento de andaluces que, según alerta la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-A), están en riesgo de pobreza en la comunidad autónoma. Personas que quedaron hace tiempo fuera de los planes de empleo y de las ayudas públicas y cuyo reto diario es poner un plato de comida a sus hijos y sobrevivir. Ni más ni menos. Y todo ello en la Andalucía «de las oportunidades», una región que sostiene los servicios sociales «a pulmón», tal y como reitera el discurso oficial. «He trabajado de peluquera y cuidando a personas mayores en las casas, pero desde hace cinco años no tengo empleo», asegura esta joven madre que no quiere desvelar su identidad. Antes de que afloraran con más virulencia las necesidades vivía en un piso de alquiler y podía hacer frente sin problemas al pago de los 430 euros de la renta, más los suministros. «Estaba independizada en mi casa, con mis niños y mi marido y recién parida tuve que volver a casa de mis padres. ¿Qué vas a hacer? No queda más remedio».
Sus hijos centran sus desvelos. Reconoce que una de las pocas ayudas que recibe es por parte de la ONG Arrabal-AID, a donde acude su hija mayor para recibir sesiones de refuerzo educativo y logopedia, puesto que padece dislexia. «Si no fuera por esta asociación habría repetido curso. Me cuesta mucho trabajo ayudarla con los deberes. Por más que yo le explique no lo entiende». Su hijo pequeño tiene una parálisis braquial obstétrica –no tiene movilidad en un brazo– y recibe atención fisioterapéutica desde que nació. Teme que, dado el escaso avance que presenta el menor, le retiren esta asistencia a finales de año.
Con todos estos problemas a cuestas apenas le queda tiempo para pensar en sí misma y, sobre todo, en las posibilidades de encontrar un trabajo. «Claro que he buscado empleo, pero está la cosa complicada». Asegura que ha acudido a su trabajadora social para ver las alternativas que puede seguir e intenta enterarse de ofertas a través del boca a boca. «En Arrabal hacemos orientación laboral y me he apuntado al programa Incorpora Joven, pero no me han llamado para ningún curso. No sé por qué». Pedir auxilio a la Administración parece que no es una opción viable. «No me dan nada. Te cierran mucho las puertas», señala, además de advertir de que «en principio cumplo todos los requisitos, pero siempre surge alguna traba». También ha acudido a Cáritas, pero «tampoco da nada». «A los inmigrantes a lo mejor, pero a mí no».
¿Cómo ve el futuro? «Como siga así lo veo bastante negro». Ya ha perdido la fe en los políticos porque «se están riendo de nosotros. Todos van a lo mismo, sean del partido que sean». Por ello, no tiene empacho en asegurar que son los culpables de la crisis, «sobre todo después de lo que se han llevado».
EAPN-A dibujó recientemente un panorama desalentador, coincidiendo con el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza: más de la mitad de los andaluces estarán en riesgo de exclusión en menos de ocho años, alcanzando las 4.200.000 personas. Según los indicadores oficiales, actualmente hay algo más de tres millones de andaluces que están sumidos en una situación precaria. Además, un 12,8 por ciento de la población total –alrededor de 1.075.000 personas–, se encuentran en el agujero de la pobreza extrema, es decir, que sobreviven con ingresos inferiores a 332 euros mensuales por unidad de consumo. Otras cifras que revelan la urgencia social actual es que un 24,9 por ciento de la población vive en hogares con una baja intensidad de empleo, un 55,1 no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos, un 13,3 ha tenido retrasos en el pago de gastos de la vivienda y un 12,2 no puede permitirse mantener su casa a una temperatura adecuada. Si nos centramos en la población infantil, los datos son escandalosos. El 48,1 por ciento de los menores están en riesgo de pobreza, siendo Andalucía la segunda región española con la tasa más alta.
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