Encierros cigarreros

Cuando el actor norteamericano Tom Cruise apostó por Sevilla para el rodaje de su película «Noche y día», junto a Cameron Díaz, muchos le criticaron el despiste geográfico y cultural al mezclar los encierros o «sanfermines» con una ciudad del sur de España. Sin embargo, desde hace cinco años, hay un pueblo andaluz que acoge esta tradición de Pamplona con un espectacular ambiente. Tras pasar por el pueblo «gallista» de Gelves y por Coria del Río, al otro lado de la casa que fuera de Blas Infante (actual Museo de la Autonomía) hay una cruz que marca el inicio de las marismas del Guadalquivir. Hablar de La Puebla del Río es hablar de arte. De gracia antigua y de bordados de guarnicioneros. De voces que cantan por sevillanas y manos que endulzan la vida haciendo cuñas, «cañitas» y «quemaítos». Por La Puebla corre un río donde nacen las cigüeñas y crecen los arrozales. Donde vuelan al lubricán los bandos de flamencos y se dibujan las siluetas de sus centauros. Y por sus fiestas de San Sebastián, se convierte en una minúscula Pamplona, con vallado incluido, entre los naranjos encalados de su calle Larga. Cuando el santo llega a la esquina del reloj, se produce el ya clásico chupinazo, que sirve para dar el pistoletazo de salida. Los mozos y chavales, con pañuelos azules y rojos, se lucen corriendo los novillos hasta la plaza de toros. Y a las cuatro de la tarde, se abre el telón de la temporada taurina, con una interesante novillada sin caballos. Este sábado, 19 de enero, La Puebla del Río no sólo se convertirá en aquella Pañoleta donde debutaban los aspirantes o noveles, sino que será, nuevamente, una Pamplona chica en el corazón de las marismas del Guadalquivir.