Valencia
Encuestas enharinadas
“Las dos versiones de la serie 'House of cards' confirmaron a los legos que no existen las casualidades en la política”
“Las dos versiones de la serie 'House of cards' confirmaron a los legos que no existen las casualidades en la política”
Buena parte de la derecha mediática ha estrenado la semana con diversas encuestas preelectorales, y esta casa ha aportado a la cosecha el primer sondeo sobre las autonómicas (adelantadas) de Valencia. Las dos versiones de «House of cards», la primigenia de la BBC y la celebérrima de Kevin Spacey, confirmaron a los legos que no existen las casualidades en política y también es mosqueante que, justo ahora que la demoscopia es una disciplina de lo más volátil, todas apunten en la misma dirección para excitar el miedo de los votantes a la reedición de un gabinete Sánchez. Que es una mentirijilla justa, que existen como las guerras santas, porque cada segundo de este sujeto en La Moncloa es una catástrofe para España, pero es llamativa la coincidencia; más que nada, porque uno se mira alrededor y ve entre el electorado las mismas ganas de desalojarlo que había, en vísperas del 2D, de mandar a mudarse a Susana Díaz. Entonces, las previsiones más optimistas auguraban un 40% de los escaños a los tres partidos del cambio, y hoy suben hasta un 45%... las más pesimistas. Sucede en el resto del país, igual que en Andalucía, que cierto sufragio aún se tiene por vergonzante y por eso no se anuncia: lo que los profesionales de la cosa denominan «voto oculto» podría llamarse «voto acomplejado», que es el emitido contra la unánime recomendación de la opinión publicada (más bien la radiotransmitida y/o la televisada). La barrida va a ser de tal calibre que los cabezas de huevo del bloque conservador sólo temen ya a la desmovilización, y por eso han agitado el espantajo del «Gobierno Frankenstein». Son encuestas con la patita enharinada, la del lobo que engañaba a los cabritillos en el cuento de los hermanos Grimm.
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