Junta de Andalucía
La Cámara insta a la Junta a impulsar un pacto social en defensa de la sanidad
El Parlamento avala la respuesta ante las últimas movilizaciones contra los recortes
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En Japón llaman «teléfono del viento» al aparato desconectado que, metafóricamente, a modo de terapia, se utiliza para hablar con los desaparecidos en los terremotos. Las mareas blancas, con miles de ciudadanos y profesionales defendiendo en las calles de todas las provincias andaluzas –con Granada y Huelva a la cabeza, donde las fusiones hospitalarias se han derogado–, han supuesto todo un tsunami en la línea de flotación –a través de la llamada «joya de la corona», la sanidad–, en el seno del Gobierno andaluz, con las dimisión del viceconsejero de Salud y del director gerente del SAS. La oposición exigió un Pleno extraordinario sobre la situación –ante lo que Ciudadanos hizo de dique de contención en principio–, para que, entre otros objetivos, la presidenta, Susana Díaz, escuchara de primera mano los problemas sanitarios. Ayer, con representantes de los diferentes colectivos en la tribuna de invitados, Díaz, pródiga de sí misma –bajo el signo de Joselito El Gallo: «Yo sé lo que me hago. Una ‘corná’ dura 15 días y una bronca 5 minutos»– , no estuvo presente en el plenario mientras el consejero del ramo, Aquilino Alonso, adusto cual talla de Salzillo, ofrecía ahora un «pacto por la Sanidad» al resto de grupos. Tomó las riendas del debate el hombre de Susana Díaz en la gestora socialista, como un águila entrenada para cazar drones. «Defiendan su modelo –espetó al PP–. Suban aquí y digan que están a favor de la privatización y del copago». Un central de categoría, Mario Jiménez, bajo el único principio al que instaba Cruyff a su Dream Team: «Salgan y diviértanse». Y el presidente del PP-A, Juanma Moreno, entró al trapo –también en la votación final sobre el pacto–, sustituyó a Carmen Crespo en la portavocía y justificó: «Este partido cree en el modelo público. En el primer presupuesto de mi gobierno, se comprobará cómo revertimos los problemas de la sanidad».
El consejero de Salud de la Junta, Aquilino Alonso, propuso un acuerdo que, en sus palabras y en el marco de la futura Ley de Garantías y Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público Andaluz, «permita blindar nuestro sistema, que dé seguridad y certeza a la ciudadanía sin poner en cuestión los pilares que lo sustentan». Este pacto debería salir adelante «si todos los partidos de la Cámara estamos de acuerdo en defender la sanidad pública, universal, de calidad y gratuita en el acceso». El consejero respaldó la apuesta por «un modelo que atiende a la salud como un derecho y no como una mercancía» y pidió que se trabaje entre todos los grupos parlamentarios para ofrecer a la ciudadanía un sistema sanitario público «fortalecido y mejorado». Alonso insistió en que el actual es «un buen sistema, con indicadores de salud equiparables a los mejores sistemas sanitarios a nivel mundial». «Que estemos orgullosos no quiere decir que la sanidad pública sea perfecta, de hecho, tiene margen de mejora y va evolucionando», dando respuesta no sólo a los avances del conocimiento, sino «a los efectos de la crisis económica que ha sido utilizada por el Gobierno de España, y por el PP en las comunidades donde gobierna, haciendo tambalear los sistemas públicos».
Inmaculada Nieto, por IU, espetó al Gobierno que «escriben mejor que gobiernan». «Este debate será un fracaso si se quedan en el publirreportaje», añadió. IU abogó por limitar los conciertos y reforzar el personal y los equipamientos.
Por C’s, Isabel Albás, señaló que la máxima exigencia de su grupo es que «la gestión sanitaria sea transparente porque los recursos son limitados». C’s propuso que los cinco próximos ejercicios se destina a Sanidad al menos un 2% del incremento presupuestario total del ejercicio en curso».
El diputado Gil de los Santos pidió «una auditoría del sistema sanitario público por órganos independientes» –«a lo Eliot Ness», dijo textualmente–, así como «un plan para recuperar los más de 5.000 puestos perdidos». Podemos, de entrada, habló de «líneas rojas» para el pacto por la Sanidad. «Quizás sea cierto que tenemos uno de los mejores sistemas de Europa, pero se está deteriorando a mucha velocidad», remachó.
«La sanidad andaluza es de todos los andaluces. Las instituciones no son de su propiedad», señaló la popular Carmen Crespo, que destacó la necesidad de «1.000 millones más para llegar al 6,5% del PIB» de inversión en Sanidad que propuso el PP en sus resoluciones. El socialista Mario Jiménez incidió en que «1.000 millones son los que faltan a Andalucía cada año por la financiación autonómica».
El consejero Alonso insistió en que «el Gobierno central ha impuesto un control del déficit que ha asfixiado a Andalucía, todo ello en un contexto en que la comunidad viene recibiendo 1.000 millones menos cada año por el sistema de financiación establecido y que consideramos injusto e insolidario». El consejero de Salud reclamó que el Gobierno de España derogue el Real Decreto 16/2012, que es que «ha hecho ha supuesto volver a la etapa previa de la aprobación de la Ley General de Sanidad que ha ido minado el Sistema Nacional de Salud».
Muchas de las propuestas aprobadas en el Pleno guardan relación con a la gestión en Granada, entre ellas la de poner en funcionamiento, antes del 1 de junio, dos hospitales completos con direcciones independientes y cartera de servicios diferenciadas, iniciativa presentada por Podemos y aprobada por unanimidad. La Junta tendrá que poner en marcha un nuevo Plan de Infraestructuras Sanitarias de Andalucía consensuado con los profesionales, en virtud de una propuesta del PP, así como de C’s que también vio aprobada su iniciativa de impulsar un plan de infraestructuras en todas las provincias en un plazo no superior a cuatro años.
La votación puso la guinda al argumentario socialista sobre la «joya de la corona», con un resultado que rememoró la leyenda sobre Lola Flores que cuenta que despertó de una anestesia cantando bingo. El Parlamento acordó instar a la Junta a impulsar un pacto social con los partidos, los sindicatos, los empresarios y las asociaciones en defensa del sistema sanitario público andaluz, con el respaldo de todos los grupos excepto el PP. «Que parezca un accidente» como lectura final de la ausencia de la presidenta en la Cámara andaluza.
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