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La foto de «la estabilidad» tiene un impacto de 2,1 millones en las cuentas

La Junta salva la legislatura a los cuatro meses. Mientras la oposición acusa al Gobierno de «debilidad», PP y Cs han alcanzando acuerdos con todo el espectro parlamentario: Vox para un Presupuesto que asciende a 36.495,5 millones, y Adelante para la RTVA

Los consejeros Rogelio Velasco, de Cs; Juan Bravo, del PP; y los diputados de Vox Alejandro Hernández y Manuel Gavira./ Foto: Manuel Olmedo
Los consejeros Rogelio Velasco, de Cs; Juan Bravo, del PP; y los diputados de Vox Alejandro Hernández y Manuel Gavira./ Foto: Manuel Olmedolarazon

La Junta salva la legislatura a los cuatro meses. Mientras la oposición acusa al Gobierno de «debilidad», PP y Cs han alcanzando acuerdos con todo el espectro parlamentario: Vox para un Presupuesto que asciende a 36.495,5 millones, y Adelante para la RTVA

Aunque el Parlamento acogió ayer una declaración institucional en defensa de la lengua de signos, las jornadas de Pleno fueron desde el miércoles un compendio de semiótica. El Ejecutivo andaluz cruzó su particular Rubicón de la legislatura, suturando las cábalas de una ruptura prematura del Gobierno «del cambio». Una vez cerrado el ciclo electoral, envainadas las aspiraciones en las urnas, y con los Presupuestos de dos ejercicios acordados y la economía al alza, el camino parece expedito hasta 2022. Entretanto, la oposición compara la imagen de Juanma Moreno, Juan Marín y Elías Bendodo saludando al portavoz de Vox Alejandro Hernández, tras retirar la enmienda a la totalidad de las cuentas, con el cuadro de Velázquez de «La rendición de Breda». El Gobierno andaluz se cuidó mucho en los modos, subrayando la importancia de Vox en un acuerdo que dota de «estabilidad» a la comunidad. Por la mañana, incluso, Vox obtuvo el ansiado trofeo de la imagen junto a PP y, por fin, Cs, por más que Rogelio Velasco sea independiente. El consejero de Economía aseguró que estaba «cómodo» posando con Vox. La batalla del relato puede estar reñida. Entre el mensaje de la sumisión a Vox y el de la búsqueda del acuerdo por «la estabilidad». Un somero análisis de hechos, sin embargo, al margen de la capacidad de Vox para centrar el foco, revela que la Junta ha cerrado acuerdos tanto con Adelante Andalucía para los órganos de extracción parlamentaria como con la formación de Abascal para las cuentas de dos ejercicios. Algo inédito en la Cámara. La «debilidad» de la que acusó ayer la secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, al presidente de la Junta supone un cuestión más de formas que de fondo.

Sala de Comisiones 1 del Parlamento de Andalucía, 9:00 horas, interior día. El marco temporal y geográfico estaba comprometido por la continuación del Pleno apenas media hora después. La reclamada, por pasiva y activa, fotografía, del Grupo Parlamentario Vox con todo el Gobierno andaluz, con Cs sobre todo, tomó cuerpo tras desvelarse la incógnita de las cuentas andaluzas con un acuerdo «in extremis», que jugaba la baza de la presión por las negociaciones en Madrid, y que salva las cuentas para esta legislatura y la próxima. En la imagen, el consejero de Economía, Rogelio Velasco, por parte de Cs; el consejero de Hacienda, Juan Bravo –que, al igual que Bendodo, sale reforzado por la forma de afrontar la dicotomía: «Seré el único responsable si no salen las cuentas», reiteró hasta la extenuación– y los diputados de Vox Francisco Serrano, Alejandro Hernández y Manuel Gavira. «Lo que hemos firmado son propuestas de trabajo y de mejora de los Presupuestos», señaló Bravo. «Creo que estos Presupuestos son sociales, transparentes, creíbles y demuestran que se puede llegar a consensos», añadió. La cita tuvo el boato que venía reclamando Vox, con anuncio institucional. Se trata del primer documento oficial que comparte los membretes de PP, Cs y Vox, algo que la oposición viene utilizando como arma arrojadiza. La Junta habla de «estabilidad» para los dos próximos años y alude a las cifras que justifican la apuesta por continuar con el ciclo iniciado tras las elecciones de diciembre. Los indicadores económicos, en su gran mayoría, son mejores en la región que en España. La contrapartida de la estabilidad es incorporar a las próximas cuentas, sobre todo las de 2020, exigencias de Vox con un impacto económico cifrado en 2,1 millones del total de 36.495,5 millones. La contrapartida política dependerá en gran medida del rumbo de los acontecimientos y la economía en los próximos meses. El Gobierno negó que el pacto tenga un «sesgo ideológico». El acuerdo detrae 600.000 euros destinados a asociaciones de promoción e inserción de inmigrantes para invertirlos en un plan de infraestructuras para reformar y mejorar las sedes judiciales. Se prevé actualizar la normativa de municipios turísticos; la «revisión de la nomenclatura de transversalidad de género en favor de la inclusión del concepto igualdad»; «menciones especiales» para los profesores de Secundaria y de escuelas oficiales de idiomas; apoyo a andaluces en zonas con problemas en materia de inmersión lingüística; un plan de infraestructuras educativas; la visualización del pacto del agua; la atención a mujeres embarazadas con dificultades; un plan de infraestructuras de centros de dependientes; la ampliación del servicio de respiro familiar para personas con discapacidad y de la atención temprana; y la delimitación de las actuaciones de memoria democrática. Con incidencia normativa en las dos próximos ejercicios: la reducción del sector instrumental, con auditorías y reordenación; la revisión de los objetivos de las subvenciones; o un plan de potenciación del medio rural. Resulta llamativo, por ejemplo, «el programa 1492: un nuevo mundo» para poner en valor el Descubrimiento de América. «Nos han propuesto que hagamos política rural para la España vaciada, han pedido algo que nosotros veníamos anunciando; también en infraestructuras en sanidad, educación y justicia; trabajar con el concepto de municipio turístico o trabajar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en materia de inmigración irregular», explicó Bravo de la lista de unos 30 puntos pactada. Bravo también destacó las partidas para «desatascar» la Consejería de Empleo y organizar los entes instrumentales, negando que se pusiera sobre la mesa la eliminación de la Agencia Andaluza de Promoción Exterior, sino «un abaratamiento de costes para potenciar la presencia de Andalucía en el mundo».

El debate parlamentario

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, señaló tras superar el veto las cuentas que la coincidencia de las negociaciones del Presupuesto con las desarrolladas en otros territorios tras las elecciones del 26M «no ha ayudado, pero bien está lo que bien acaba», tras lograrse finalmente un acuerdo entre el Gobierno andaluz y Vox. El turno de preguntas al presidente en el Pleno arrancó con el diputado Alejandro Hernández respondiendo a las críticas por «el pacto de la vergüenza». «Si viniéramos a hacer teatro, habría escenificación, mostraríamos nuestras distancias sobre su Gobierno. Entiendo que no toca», señaló a Moreno. El presidente agradeció expresamente, como el vicepresidente Juan Marín antes, al grupo de Vox por la tramitación de los Presupuestos, que «son fundamentales para la estabilidad y la confianza en Andalucía». «Lo importante es que los andaluces tienen estabilidad y un marco de confianza». En la réplica, Hernández ironizó: «Me ha llamado Santiago Abascal para autorizarme a decir esto».

En su debate con el portavoz de Adelante Andalucía, Juanma Moreno le reconoció a Maíllo «altura intelectual y solvencia». El líder de IU acusó directamente al presidente de la Junta de que están «banalizando el mal» con su acuerdo presupuestario con Vox, su «socio preferente», describiendo las negociaciones como una mezcla de las series «House of cards», «Juego de tronos» y «Escenas de matrimonio». «Tiene un aliado que une su homofobia y su xenofobia con la aporofobia, que es el rechazo a la pobreza», dijo, añadiendo que «decir que dar siete euros al día en el subsidio agrario hace que la gente deje de trabajar, demuestra un discurso que va entre la maldad y la ignorancia».

Para Maíllo, Vox representa una línea de pensamiento «entre reaccionario y autoritario expresada en el siglo XVIII con los absolutistas, en el siglo XIX con los carlistas y en el siglo XX con los franquistas»; y pidió a Moreno que tenga «cuidado» porque ésa es línea de pensamiento que llevó al exilio a miles de liberales –«de los buenos no los que se dicen ahora»–. Maíllo se adelantó a la respuesta de Moreno: «No le compro que con nosotros han llegado a acuerdo para los órganos de extracción parlamentaria. Nosotros cumplimos el Estatuto que ellos quieren eliminar». «Para nuestra Andalucía vaciada hoy es siempre todavía», finalizó.

Sergio Romero, de Cs, se centró en la lista de espera de dependencia, criticando que «se guardó en un cajón un estadio como el de la Rosaleda de Málaga», esto es, más de 30.000 personas. «Haga lo que no hizo el anterior Gobierno, que se ejecuten todas las partidas para luchar contra la violencia de género, hasta el último céntimo», señaló Sergio Romero. Moreno lamentó que «el uso indebido del sufrimiento de las mujeres es bochornoso y no es digno de representar a la mayoría de ciudadanos». Por el PP, José Antonio Nieto explicó que «vomitarle al rival político el dolor de las personas que sufren ese daño es denigrante». Las críticas irradiaban del tuit de Susana Díaz sobre las 1.000 mujeres asesinadas a manos de sus parejas y el pacto con Vox. El debate transcurría entre la tensión con el grupo de Abascal y los halagos a Maíllo, quien acumula más admiración que votos. Moreno señaló que «Andalucía es un Fórmula 1, quizá mal pilotado muchos años». Susana Díaz le achacó que «su Gobierno depende de una fuerza de ultraderecha. Quieren un Gobierno estable. El suyo es débil. Hasta el último momento en jaque», dijo, rebelándose «ante partidos que quieren quebrar el consenso social». «Y ante los partidos separatistas también», añadió mientras Vox aplaudía irónicamente y la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet, llamaba la atención a los diputados. Díaz criticó que «las decisiones se tomen en Madrid y el Gobierno dependa de Abascal. ¿Cuánto nos cuesta?». Moreno respondió a Díaz: «A usted no le importan los Presupuestos. No se ha molestado en leerlos. Es su actitud. ¿Cómo la líder de la oposición no está presente cuando se están presentando las cuentas?», le señaló sobre su ausencia en el debate. «Yo personalmente en la oposición defendí la enmienda a la totalidad. La estabilidad del Gobierno de la comunidad es directamente proporcional a su inestabilidad. Anda débil, errática», señaló. Y sobre Vox, espetó: «¿No es legal esa fuerza? ¿En qué sistema democrático cree usted? Tenemos diferencias con Vox. Le han votado 600.000. Deje de utilizar el fantasma de Vox. No tiene argumentos contra los Presupuestos», dijo Moreno. Susana Díaz insistió en que «la debilidad quedó constatada para toda España hasta el último minuto atrapados. Atrapados en el despacho de Abascal». «¿Débil un Ejecutivo con acuerdo para dos ejercicios? Su gobierno tardó 90 días en formarse y nunca acordó dos Presupuestos seguidos. Esto es un Gobierno sólido. Los Presupuestos se negocian en los despachos, no en la cárcel como hizo el PSOE. Céntrese en la oposición. La necesito para defender los intereses de Andalucía», zanjó Juanma Moreno.