Elecciones Generales 2016
La Junta victimiza su discurso de cara al 26-J tras los últimos fallos a su favor
«No es lo mismo un ilícito penal que errores contables», dice Montero de las causas abiertas
«No es lo mismo un ilícito penal que errores contables», dice Montero de las causas abiertas.
La teoría marca que la retórica victimista «es una técnica demagógica que consiste en descalificar al adversario mostrándolo como atacante en lugar de refutar sus afirmaciones». El sujeto «adopta el rol de víctima dentro del contexto de la discusión, de tal forma que el otro interlocutor queda posicionado implícitamente como un impositor autoritario y su argumentación, como mera imposición o ataque». La comisión de Hacienda fue un caso práctico ayer. «Hay que ser contundentes contra la corrupción», señaló María Jesús Montero, instando a los populares a «pedir perdón» ante las «difamaciones y permanentes insidias hacias personas con cargos a los que se le ha archivado la causa, pero el PP tiene afán por arrojar sombras de duda y no le interesa recuperar el dinero público». El PP preguntó por los expedientes de reintegro caducados y las transferencias a IFA/IDEA, el ente del «fondo de reptiles».
Con el 26J a la vista, la actualidad judicial –el sobreseimiento del consejero Ramírez de Arellano y el auto judicial que asegura que en Jaén no se ha producido fraude en la formación, arremetiendo contra la Policía– ha cargado a la Junta de argumentos para rescatar la teoría de la «causa general». La consejera María Jesús Montero se escudó en los citados casos. «Tienen que pedir perdón», señaló repetidamente aludiendo a Arellano. «El chicle no estira más», insistió sobre la formación, acusando al PP de «empozoñar» la vida pública y de seguir «intentando prolongar la comisión de formación y los casos que le aporta rédito electoral, pero ya no estira más». «La misma cantinela, el mismo tam-tam, erre que erre y sin pedir perdón», señaló Montero al ser cuestionada por los fondos recuperados en el «caso ERE» –855 millones en entredicho– o en la formación –tres millones de 90 reclamados, de 2.896 millones repartidos–. «La Junta, junto a la Agencia Tributaria estatal, hará lo imposible para recuperar hasta el último euro», defendió Montero.
«El victimista se disfraza de víctima, consciente o inconscientemente, simulando una agresión o menoscabo inexistente; y/o responsabilizando erróneamente al entorno o a los demás», continúa la teoría. «La Junta no tiene interés en recuperar los fondos porque quedaría al descubierto la red clientelar», señaló el PP. La consejera aseguró que «los reintegros de la Junta los gestiona la Agencia Tributaria de Montoro».
«¿Lecciones?»
Los objetivos de esta estrategia pasan por polarizar (se señala a un enemigo externo, un antagonista reconocible); desacreditar («¿El PP va a dar lecciones, teniendo que pagar una fianza por la reforma de su sede?», cuestionó Montero); y reforzar (pertenencia a un grupo). La polarización y el refuerzo tienen un efecto evidente sobre el voto propio (Chaves utilizó esta estrategia del agravio con rédito durante los años de Aznar). El descrédito del rival persigue debilitar el voto ajeno más susceptible de cambiar de opción, así como los indecisos.
Otro efecto es el «recuerdo negativo», provocando que a la hora de la decisión electoral se asocie una marca con determinado caso. Se trata de una técnica recurrente y eficaz a corto plazo en los casos en los que se exige la asunción de responsabilidades –Camps, con las acusaciones iniciales de los trajes ganó un escaño– y se cuenta con un importante caladero de votos y otros tantos que fluctúan. El PP denunció que «todo lo que ocurre pone en evidencia que la Administración carece de mecanismos para controlar lo que se recupera. No sabemos la cuantía reclamada y la cuantía reintegrada», señaló la diputada Ruiz Sillero, dudando de las «cifras redondas» de la Junta tras meses sin respuesta. Miranda, también por el PP, recordó que la Junta «ha denunciado al funcionario» que denunció la «falta de procedimiento» en el «caso Invercaria», en lugar de perseguir el fraude. «No es lo mismo un ilícito penal que errores contables», respondió Montero, cuestionando «de qué año me habla, son recomendaciones de ejercicios previos», y acusando a la oposición de crear «una apariencia de que es ahora mismo», cuando «la Junta toma nota de todos los órganos de fiscalización y no difamamos como ustedes».
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