Sevilla

La otra cara de la EPA en Andalucía

La Razón
La RazónLa Razón

Miles de trabajadores se manifestaron el jueves pasado por las calles andaluzas en contra de la precariedad laboral. No sólo hay poco empleo sino que el existente es cada vez peor o simplemente temporal.

Con el 1 de mayo aún muy cercano y los datos ofrecidos por la Encuesta de Participación Activa (EPA) en la mano, por mucho que la comunidad liderase en el último trimestre la bajada del paro, no es de extrañar la difícil decisión que cada día más andaluces toman: emigrar en busca de un futuro laboral que en España no existe ahora. El número de andaluces en el extranjero se ha disparado casi un 36% en el último lustro. En la actualidad, según los datos ofrecidos por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, dependiente de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, cerca de un cuarto de millón de andaluces vive fuera del país, lo que supone el 3% de una población de 8.392.635 personas, según la revisión del Padrón Municipal de Habitantes a 1 de enero de 2014. Un padrón que ya refleja en términos absolutos –entrada y salida– una pérdida de población generalizada en todas las provincias (con especial hincapié en Málaga) cuantificada en alrededor de 50.000 censados menos entre 2013 y 2014.

En 2009, la población nacida y/o inscrita en la comunidad andaluza ascendía a 182.776 personas y en 2014, según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero que ofrece al Instituto Nacional de Estadística (INE), esta cifra creció hasta alcanzar 248.012 residentes fuera del país. Esto supone un aumento de la emigración del casi un 36% en el último lustro, condicionado por la crisis económica, más de 65.000 personas que abandonan la tierra.

Hay que diferenciar entre los nacidos en Andalucía y los extranjeros inscritos, lo cual redunda en la principal causa de la emigración: la falta de oportunidades laborales. Aunque se refleje de dos formas: los que buscan un trabajo en el exterior y aquéllos que optan por regresar a su país natal, una tendencia cada día más acusada en los residentes sudamericanos.

El grueso de esta población, un 36,5%, se concentra en edades comprendidas entre los 30 y los 54 años, precisamente el perfil que más sufre el desempleo. Más de 86.000 afectados en toda la región. Y no hay diferencias entre hombres y mujeres, si acaso se inclina mínimamente del lado femenino, aunque sí se establecen diferencias generales entre provincias.

Almería (48,9%) y Málaga (45,5%) acaparan la subida del último lustro, con 12.741 y 15.821 personas emigradas, respectivamente. Le siguen: Granada (40,1%), Sevilla (31,9%), Cádiz (29,9%), Jaén (28,6%), Huelva 826,7%) y Córdoba (21,2%).

Estableciendo una gráfica comparación, la cifra de emigrantes andaluces de 2013 a 2014 equivaldría a la población de localidades como Punta Umbría, Espartinas, Álaro, Pozoblanco, Bollullos, Breja o Álbox, unas 15.000 personas.