La RTVA necesita consenso político

La RTVA queda en una situación de provisionalidad tras la dimisión del director general, Pablo Carrasco, pese a que los votos de PSOE e IU en el Consejo de Administración permitieran ayer nombrar a Joaquín Durán como subdirector del ente. Con la elección de Durán se cubre en cierta forma el vacío de poder. Es la persona habilitada al frente de la RTVA para gestionar este interregno. Pero la solución no es definitiva. Pablo Carrasco fue el primer director general de la RTVA nombrado por el Parlamento. Contó con el apoyo de PSOE e IU. El Partido Popular se abstuvo. La Junta de Andalucía ha alardeado en numerosas ocasiones de esta medida pionera. El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, la citó el jueves en la Cámara autonómica como un ejemplo de transparencia. El problema se centra ahora en que los 59 diputados con los que cuenta PSOE e IU no son suficientes. Hace falta una mayoría reforzada de dos tercios o de tres quintos. Es imprescindible el voto del Partido Popular. Y mientras no se llegue a un acuerdo parlamentario sobre el nombre del director general de la RTVA, la persona que está al frente lo está «a dedo». El talante negociador de Griñán, en pleno desarrollo del Pacto por Andalucía, se va a poner ahora a prueba. La Junta de Andalucía cometería un gran error si el próximo martes, tras la reunión del Consejo de Gobierno, lo primero que plantea es modificar la ley para que los votos de PSOE-IU basten para el nombramiento del máximo responsable del ente. No es una cuestión menor. La RTVA le cuesta a los andaluces este año 138 millones de euros. Y, según el PSOE, se trata del mayor instrumento de vertebración de Andaucía.