Andalucía
Lo que el viento no se llevó
A pesar de padecer un otoño fuerte por todo el país, donde el agua y, sobre todo, el viento han sido los protagonistas de estos meses, lo que no ha podido arrastrar es la mentira política en todo momento. El jovencito Errejón ha declarado que es innegable el salto hacia mejor que ha dado Venezuela, afirmando que todo venezolano hace tres dignas comidas diarias. Este diputado de Podemos, que aparecía como el más razonable, queda marcado definitivamente. Si esta afirmación la dice creyendo que es cierto lo de tan estupenda alimentación es que sus fanáticas creencias lo incapacitan para aceptar hechos indiscutibles. Si por el contrario conoce que esa nación americana sufre una hambruna general, su afirmación lo descalifica como dirigente que pretende acceder a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Esta falsedad me recuerda a un chiste de los mejores tiempos del franquismo: en una visita a provincias, el caudillo, en su discurso, afirmaba que en la nueva España ninguna familia se acostaba sin una buena cena. Se le acercó un edecán que por lo bajo le hizo saber que esa ciudad era de las que padecía mayor hambruna. Franco no se lo pensó y siguió su discurso, ordenando que los que no tuvieran comida que no se acostaran hasta que la misma llegara.
El personaje de la semana ha sido sin dudas el esposo de María Dolores de Cospedal. Es cierto que este personaje había aparecido más bien por cosas de dudosa ética o legalidad, pero lo cierto que siempre salió bien parado de estos escarceos por cloacas varias. Pero su reaparición es de protagonista de acciones más cercanas a la familia Corleone que a la del marido de una altísima dirigente del PP. Sin cargo alguno en el referido partido, organiza citas clandestinas en el despacho oficial de su mujer, ajusta precios para obtener informaciones ilegales, intenta la destrucción de pruebas o el retraso de ciertas investigaciones....Claro que todo esto lo hacía por quitarle Dolores de Cospedal a su santa mujer.
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