Sevilla

Nervios de año preelectoral

La Razón
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Aquellas auditorías de infarto que, amenazante, anunciaba Borrell antes de que la inspectora de Hacienda Maleni Álvarez le filtrase a la prensa amiga munición para liquidarlo, son trinos de ruiseñor comparadas con las encuestas que abren 2018, año preelectoral... si es que a Díaz o Rajoy no les da por convocar a las urnas extemporáneamente, más la primera que el segundo. Ahí sí que se disparan los miocardios de la grey política, que en las municipales de 2019 –en el ríspido proceso de elaboración de listas– se juega el sustento para el siguiente cuatrienio. Acuciado por la crecida de Ciudadanos en Cataluña, quizá preludio de un tsunami en todo el territorio nacional, el Presidente del Gobierno iniciará la reconquista en Andalucía: «Empezaremos la guerra desde aquí», dijo el general Teddy Roosevelt al darse cuenta de que las lanchas de desembarco lo habían dejado lejos del punto previsto en la playa de Omaha. No es don Mariano, precisamente, un dechado de osadía pero es que ha colegido que el electorado meridional es el más conservador, el más renuente a los cambios, y por eso reivindicará el sábado en Sevilla al PP andaluz como única alternativa al PSOE en el poder regional y ha previsto aquí una convención en marzo (¿Málaga esta vez? ¿De nuevo en Sevilla?), en la que tres millares de fieles invocarán la fuerza del bipartidismo perpetuo. Juan Marín, mientras, se postula como bisagra universal y los camaradas de Unidos Podemos se resignan al cambio de nombre: Separados Tampoco Podremos, ya que la voluntad de confluir de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo no concuerda con los intereses cada vez más contrapuestos de sus respectivos jefes nacionales. El comunismo zarrapastroso quedará de nuevo (felizmente) confinado en el búnker de Marinaleda.