Córdoba

UGT pagaba el AVE y hasta el desayuno a una de las relevadas

La Razón
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Los dos supervivientes de la «era Pastrana» no seguirán en la nueva Ejecutiva de UGT-A. Son las únicas concesiones del sindicato a los críticos. José Manuel Mestre deja la Secretaría Institucional y Coordinación de Área Externa y Josefa Castillejo la Secretaría de Empleo y Formación. Los dos continuaron con Francisco Fernández pero tras saltar el escándalo de las facturas falsas su presencia en la organización no era oportuna. Son los únicos cambios con los que la nueva secretaria general Carmen Castilla pretende «comenzar de cero».

Los dos miembros salientes aparecen vinculados a algunos de los casos denunciados en los medios de comunicación sobre la opacidad de la contabilidad ugetista. En el caso de Mestre fue uno de los protagonistas de la comida en la Feria de Abril de Sevilla imputada a una subvención de la Junta de Andalucía. Su fotografía en una caseta disfrutando de la barra libre pagada con fondos públicos ilustró los desmanes de la organización en los últimos años. Susana Díaz anunció en el Parlamento que exigiría la devolución a UGT: eran los primeros 25.000 euros que la Administración andaluza reclamaba a UGT. La cantidad, finalmente, se ha disparado y están en proceso de revisión subvenciones por 7,5 millones de euros.

Castillejo ostentaba la Secretaría para el Empleo desde 2005. Era un puesto clave con interlocución con la Consejería de Empleo, uno de los departamentos que más subvenciones y programas otorgaba a UGT. Algunas fuentes consultadas por LA RAZÓN denuncian que recibía un tratamiento «VIP» dentro de la dirección. Los documentos así lo atestiguan.

Existen recibos por el que, al igual que otros integrantes de la dirección, recibía 400 euros mensuales de UGT por «colaboración sindical», cantidad a la que suman otros 500 por gastos de desplazamientos. En el caso de Castillejo, liquidaba además mensualmente otras facturas. Este periódico ha consultado sus hojas de gastos en 2011 y 2012. La ex secretaria de Empleo vivía en Córdoba y se desplazaba en AVE pagado por UGT a Sevilla. El sindicato también asumía los gastos de taxi y hasta del desayuno de la sindicalista, según figura en las facturas incluidas en la contabilidad ugetista. El gasto medio mensual oscilaba en torno a los 1.000 euros. En uno de los meses se incluye una factura de una gran superficie comercial: «enchufes, cables o cinta selladora», entre otros artículos.

Castillejo entró a trabajar en 1994 como técnica de formación ocupacional en el Instituto de Formación y Estudios Sociales (IFES) en Córdoba y, tras un periplo en el Ayuntamiento de la capital y en la Diputación Provincial aterrizó en UGT-A. Desde su puesto ha coordinado los Acuerdos de Concertación Social con el Gobierno andaluz y las políticas de formación del sindicato, dos de las vías principales por las que más fondos públicos han entrado en el sindicato y cuyo uso revisa ahora el juzgado de Instrucción 6 de Sevilla.