Linares

Un liberado sindical fan de Raphael se enfrenta a Susana Díaz

Tirado es un «rojo» sin experiencia política que empezó «a andar» en la Casa del Pueblo de Linares y ahora quiere arrebatar el liderazgo del PSOE-A a la presidenta andaluza

El socialista linarense Francisco Tirado
El socialista linarense Francisco Tiradolarazon

Tirado es un «rojo» sin experiencia política que empezó «a andar» en la Casa del Pueblo de Linares y ahora quiere arrebatar el liderazgo del PSOE-A a la presidenta andaluza

«Yo soy aquel», el que se atrevió, «Digan lo que digan». Esos títulos de canciones de Raphael condensan el paso dado por uno de sus fans: Francisco Tirado. Nació, como su referente musical, en Linares (Jaén) en 1977 y apura las últimas horas para disputarle a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, la Secretaría General del PSOE-A que ésta busca revalidar. No le asusta el manto de loas tejido alrededor de la socialista que en la comunidad aún es espeso, pese a la reciente «hostia» recibida, según expresó ella misma, en su intento de alcanzar Ferraz. Tirado es un «rojo» de 39 años con un objetivo: «Que se cumpla la palabra dada a los militantes y que se produzcan primarias para elegir a los líderes del partido en todos los niveles, no sólo en el federal, también en el regional y en el municipal», explica a LA RAZÓN. Esperó hasta casi el tiempo de descuento para ver si alguien se decidía a oficializar la precandidatura en el proceso electoral autonómico y, «como nadie lo hizo», decidió saltar al ruedo «como espontáneo» para enfrentarse a «la compañera Díaz», afirma.

Claro el fin, para lograrlo no cuenta con experiencia política alguna. Es liberado de un sindicato independiente de comercio en un supermercado de la cadena Dia, en el que, afirma, ha ocupado «distintos puestos». Es su seguro, lo que hace que no tenga nada que temer si se convierte en aquel al que la aventura de ser candidato le salió mal. Sin cargo público ni orgánico que adorne su trayectoria vital, lo que sí garantiza ser es «socialista desde siempre». De hecho, empezó «a andar» en la Casa del Pueblo de la calle linarense de Tetúan, a la que le llevaba su padre de pequeño, cuando el ritmo de su vida lo imponían aún los adultos. Luego, al empezar a tomar el mando de algunas decisiones se afilió a las Juventudes Socialistas con 14 años, organización a la que perteneció hasta los 30 y que compatibilizó desde los 19 con la militancia en el propio PSOE, recupera entre el polvo de la memoria. «Los valores socialistas los tengo muy claros», insiste. Ahora aspira a ser votado, pero antes votó. En las primarias federales de 2014 a José Antonio Pérez Tapias y en las autonómicas de 2013 al alcalde de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez Salas, quien también dio la batalla contra Díaz. Fue un tuit de éste el que colocó su atención sobre el proyecto del reelegido, tras gastar rueda y zapato, secretario general del partido, Pedro Sánchez. A él lo respaldó el pasado 21 de mayo. Y eso que, confiesa, era «anti redes hasta hace pocos meses», aunque ya cuenta con perfiles en varias de ellas como Twitter y Facebook, en las que se hace llamar «Phacoel» y que usa en su actual empeño. El último se lo abrió su pareja, Ana, «sin decirle nada». Ha creado una plataforma llamada «Despierta Andalucía», que reunió «a unos 400 miembros sólo en la primera semana», ámbito en el que sí se ha movido antes, ya que fue «uno de los fundadores de la de Jaén» que ayudó a encumbrar a Sánchez. Resta importancia a que el núcleo duro del «sanchismo» aupado no lo impulse de vuelta en su pelea –fuentes de éste admiten que temen que su salto sin red pueda contribuir a restituir la imagen de ganadora incontestable de Díaz–. En cualquier caso, agradece al resucitado secretario general que haya logrado «lo primordial»: que «el poder esté en manos de la militancia», a la que apela.

Sabe que va a contrarreloj para reunir hasta las 12:00 horas de mañana, 1 de julio, los casi 4.850 avales que necesita para poder concurrir a los comicios internos. «El calendario está hecho a medida de la secretaria general y para que no hubiera habido ningún otro candidato», sostiene. Y añade: «Pero vamos a intentar que haya partido en Andalucía para que se consolide la democracia participativa y dejar atrás la elección de candidatos en torno a una mesa camilla». Defiende que «el modelo del PSOE-A está agotado, no tiene futuro» y advierte de un riesgo: que la formación «deje de ser la primera fuerza política en la comunidad» y, por ende, sea desalojada del palacio de San Telmo, sede del Gobierno regional. Pretende que se implante un modelo en el que «la militancia sea el eje central del partido», lo que, dice «no sucede» en la actualidad y aboga por que, «con el tiempo, las primarias se abran a los simpatizantes» de la formación.

Si resultara ser el próximo líder de los socialistas andaluces no descarta pactos con Podemos y «otras fuerzas progresistas y de izquierda». «Lo que es seguro es que hablaría con ellos», dice, aunque, al mismo tiempo, ambiciona recuperar a «los muchos votantes socialistas que se pasaron al morado al «sentirse huérfanos de partido». De momento, su meta más cercana es llegar al congreso que el PSOE-A celebrará en Sevilla el 29 y el 30 julio como rival de pleno derecho de Díaz. «Estamos ilusionados y seguiremos adelante porque el ‘no’ ya lo tenemos. Somos optimistas», mantiene.

Admira a otro artista español: Enrique Bunbury. Sólo el tiempo dirá si el «Bushido» o «Camino del guerrero» –así se llama uno de los álbumes de este músico– que Tirado ha emprendido hace que acabe «Desmejorado» –tema que Bunbury compuso para Raphael– o, por contra, está quemando días hasta hacer historia. Una cierta huella ya ha dejado.