Castilla y León

El heredero de Japón se queda prendado de Castilla y León

Hirohito junto al presidente Juan Vicente Herrera, momentos antes del almuerzo
Hirohito junto al presidente Juan Vicente Herrera, momentos antes del almuerzolarazon

Su alteza imperial, el príncipe Naruhito de Japón, ha elogiado el «incalculable» valor histórico que albergan algunas de las ciudades de Castilla y León que ha tenido la oportunidad de conocer y citó como ejemplo a Segovia, Ávila, León y Salamanca, lugares a los que acudió en 1985.

Naruhito realizaba estas declaraciones en el marco de una visita institucional a Salamanca y durante un almuerzo al que asistieron, entre otros, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, el alcalde de la ciudad, Alfonso Fernández Mañueco, o la presidenta de las Cortes, Josefa García-Cirac, y donde pudo degustar los productos de la tierra.

El príncipe heredero de Japón recibió «cálidas muestras de bienvenida» por parte de los ciudadanos en los lugares que visitó, y apostó por los intercambios humanos como «cimientos de la amistad entre países» y deseó que con motivo del Año Dual España-Japón, que este tipo de celebraciones profundice aún más en el intercambio de ciudadanos y en el entendimiento mutuo entre ambos pueblos.

Hirohito iniciaba su periplo por la capital salmantina en el edificio antiguo de la Universidad de Salamanca, donde era recibido por su rector, Daniel Hernández Ruipérez, donde se interesaba por la actividad académica e investigadora relacionada con su especialidad, el transporte fluvial de la Edad Media. De ahí su interés en mantener un encuentro con investigadores que desarrollan su labor en el ámbito del agua, la agricultura y recursos hídricos o sobre el estudio de los fondos marinos.

Naruhito visitaba los lugares más emblemáticos de la Universidad salmantina como el aula Fray Luis de León, el Paraninfo o la Biblioteca Histórica, donde tuvo la ocasión de apreciar algunas de las joyas bibliográficas como un mapa en color de Japón de 1631.

Tras ello, se dirigió hacia el Ayuntamiento de la ciudad, donde se deleitó con su emblemática Plaza Mayor. Precisamente, bajo uno de los arcos del ágora salmatina, figura ya la inscripción que recuerda la visita del heredero imperial. El alcalde Alfonso Fernández Mañueco entregaba al primogénito de los emperadores japonenes las «Llaves de la ciudad», honor que en las últimas décadas sólo han recibido Juan Pablo II y el regimiento británico de Los Rifles, herederos de las tropas del duque de Wellington, que liberaron la ciudad de Salamanca hace dos siglos.

Naruhito tamboén se acercó hasta el Centro Cultural Hispano-Japonés. Uno de los momentos más emotivos se producía en la Sala de Exposiciones «Emperatriz Michiko», única en el mundo con el nombre de la alteza japonesa, quien autorizó expresamente que se pudiera denominar así el recinto durante su visita a Salamanca en 1994.

Y como colofón final, visita a la Catedral, a donde acudió para escuchar las notas del órgano renacentista restaurado por iniciativa de su madre y acompañado por las voces del Coro Tomás Luis de Victoria, que interpretó «La Clara», una jota popular salmantina y la nana japonesa «Sato No Aki». El futuro emperador comentó su asombro por la longevidad de este legado artístico, opuesta a la costumbre nipona de renovar sus edificios religiosos cada dos décadas.